“Al probo gobernante de Yucatán, señor General don Salvador Alvarado, que con
sus leyes y disposiciones administrativas, se ha revelado como un sociólogo
profundo; al pensador y al humanista que desentrañando hondos problemas
sociales, va estudiándolos para encontrarles una solución definitiva; al innovador
admirable que promueve Congresos Feministas sabiendo que de ellos dependerá el remedio
para muchos de los graves males que afligen a la humanidad,
consagro estas meditaciones por si fueren dignas de que las tomare en cuenta,
habiendo tenido en ellas, por divisa, al suscribirlas, que (según dijo San Gregorio)
la verdad debe decirse aunque sea origen de escándalo.”
Hermila Galindo.
Fue en 1923 cuando por primera vez en la historia de nuestro país, Elvia Carrillo Puerto es electa a un cargo de elección popular. Mejor conocida como la monja roja, fue una de las pioneras en la lucha por el derecho al voto de las mujeres en México que finalmente se ganaría en 1953 y 100 años después de aquella primera vez, nuestro país votará por una presidenta mujer.
Elvia Carrillo Puerto
Las mujeres* han enfrentado barreras significativas para acceder a posiciones de liderazgo político. Sin embargo, a lo largo de décadas, se han logrado avances significativos en este sentido. Hoy en día, nuestro país tiene leyes y políticas diseñadas para promover la igualdad de género en la política, incluyendo cuotas de género y acciones afirmativas.
Estas acciones afirmativas incentivan la participación igualitaria de mujeres* y hombres en los procesos políticos y de toma de decisiones. Esto incluye la representación en cargos gubernamentales, la participación en partidos políticos y la influencia en políticas públicas. Es un derecho fundamental que busca superar la discriminación y la marginación experimentadas históricamente por las mujeres* en el ámbito político.
Pese a dichos avances, ocurre muchas veces, que el hecho de que ocupen cargos por temas de paridad no significa que puedan ejercer sus derechos políticos, ya sea porque tienen que alinearse a la agenda de las cúpulas partidistas, o bien, el hecho de ocupar un cargo, no significa que representarán una agenda con perspectiva de género.
La igualdad política de género y la representación con una agenda con perspectiva de género es crucial por varias razones entre ellas una representación legítima que le da a las mujeres* una voz significativa que representa la diversidad de la sociedad, una mejora en las políticas públicas que las hace más inclusivas y sensibles a las necesidades de todas las personas y un modelo a seguir que desafía la normatividad de género arraigada, allanando el camino para una sociedad más igualitaria en general.
Además, la igualdad política de género y la justicia social están estrechamente relacionadas. La justicia social busca eliminar las desigualdades económicas, políticas y sociales, y la igualdad de género es parte esencial de esta lucha. Algunas formas en que se conectan son el acceso igualitario de recursos y la reducción de brechas sociales.
participación política de las mujeres
La presidenta de México en el 2024 será mujer. Este hecho por sí solo, representa un hito en la participación política de las mujeres y es importante analizar a fondo lo que significa, pero además es una oportunidad histórica para realmente sentar las bases de una agenda con perspectiva de género que observe temas transversales que nos aquejan como lo son la construcción de paz, una agenda medio ambiental y una agenda de cuidados que vele además por justicia económica y que logre así la horizontalidad.