Síguenos en nuestras redes

#Opinión

Los derechos humanos, resultado de nuestra historia

En el marco de los 73 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos habría que hablar de su evolución, pues de ella aprendemos.

Publicado

en

En el marco de los 73 años de la creación de uno de los documentos hito de la historia de la humanidad, para celebrarlo –pero sobre todo para entenderlo– habría que hablar de su evolución, pues de ella aprendemos.

Para entender la declaración que fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París el 10 de diciembre de 1948; hace menos de un siglo, habría que hablar de algunos de los antecedentes que permitieron a representantes de todas las regiones del mundo, con diferentes antecedentes jurídicos y culturales, crear un documento que defendiera los valores más importantes del hombre: la vida, la justicia y la libertad.

Los derechos humanos, resultado de nuestra historia | Diana Lara

A cuadro, Eleanor Roosevelt muestra una de las copias de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Fundamentalmente cuando hablamos de derechos humanos, ¿de qué hablamos?

Uno de los primeros antecedentes de los que tenemos registro es de hace 5000 años y corresponde al Cilindro de Ciro, del Egipto antiguo, donde en unas ordenanzas se establece que se debe prohibir la esclavitud.

Otro referente importantísimo es la Carta Magna de 1215, firmada por Juan I (“Juan sin Tierra”) que, entre otras cosas, reconocía el derecho de todos los ciudadanos libres a poseer y heredar propiedades; así como a que se les protegiera de impuestos excesivos.

Por último, entre otros antecedentes y anécdotas, hay que recordar La Declaración del Hombre y del Ciudadano, surgida de la Revolución Francesa en 1789, en donde una de sus participantes, una mujer, fue ahorcada tras inconformarse ante el título del documento en el que sólo era mencionado el hombre.

Más allá de mencionar estos ejemplos de manera aleatoria, entenderlos nos permite visualizar el hecho de que los Derechos Humanos, proclamados en 1948 y encumbrados desde entonces, son en realidad el resultado de la evolución del hombre como especie predominante, no por su inteligencia y desarrollo tecnológico, sino por la dignidad que reside en la condición de humano libre y justo. No hay desarrollo sin el respeto verdadero a los derechos de todas las personas. 

Los derechos humanos, resultado de nuestra historia | Diana Lara

Hablar de los derechos humanos es hablar del progreso del hombre como especie civilizada; es referirnos a su proceso a través del tiempo como comunidad en pos de una evolución que proteja a su raza como una sola. Una especie que lucha en contra de la barbarie y que se opone a la injusticia. Porque a través de los siglos ha logrado comprender el verdadero significado de la palabra comunidad: las personas para las personas, por el bien común.

Los derechos humanos son y serán siempre la única vía de desarrollo que tenemos como especie plena; olvidar esto tiene un alto costo. Por ejemplo, en nuestro país son desaparecidas 11 mujeres al día; seis de cada diez mujeres migrantes son abusadas sexualmente, según Amnistía Internacional. Todo esto, sumado a las condiciones infrahumanas con las que los niños migrantes se ven obligados a vivir durante sus primeros años de formación y al maltrato general que se le da a la población migrante. ¡El 40% de la población mexicana come una vez al día!

El INEGI mostró, en 2018, que el promedio de escolaridad en México se ubicó en 10.1 años, entre otros vergonzosos datos y cifras que deben tocar la alarma de las instituciones mexicanas.

Los derechos humanos son la garantía declarada y proclamada de la dignidad de las personas; olvidar su historia, dejar de entenderlos como parte de nuestra evolución, nos llevará –inevitablemente– a olvidar su valor.

Somos una especie que en su camino ha encontrado que juntos estamos mejor, que libres somos más fuertes y que la dignidad debe ser una cualidad inherente del ser humano; de todas y de todos.

 

Diana Lara es actualmente diputada federal por el distrito 6 de la CDMX (LXV Legislatura); es secretaria de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, secretaria del Comité de Ética, Comisión de Diversidad e integrante de la Comisión de Cambio Climático. En el ámbito legislativo, cuenta con una trayectoria de 15 años de servicios ininterrumpidos en el parlamento local y federal. Entre sus actividades destacan: asesora y secretaria técnica del comité del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG), en la LXII Legislatura.

#Opinión

Contemplar y perrear no están peleados

¿Nos estamos perdiendo la oportunidad de ser conmovidos? Una reflexión sobre el arte, la nostalgia y el valor de lo cotidiano.

Publicado

en

Como todo buen adicto a scrollear, un buen día me apareció una entrevista de un señor cuya respuesta a qué le gusta hacer fue: “Sí, a mí me gusta llorar por las tardes”. El entrevistador le pregunta por qué, y nuevamente el señor, con una contundencia brutal, responde que le parece muy lenitivo… que ablanda o suaviza, pues.

Sus principales estimulantes de la lágrima son Chet Baker y la nostalgia, también la idea de que la vida —su vida— se va a acabar.

Chet Baker tocando la trompeta

Chet Baker tocando la trompeta

Me considero una persona con una curiosidad inagotable; y en ella existe la cotidiana actividad de buscar estímulos de toda clase. Sin duda, mi favorito es aquello que conmueve. Me parece una gran actividad sentarse los sábados por la tarde a sentir. Normalmente mi algoritmo me arroja ese tipo de contenido por las noches y, de pronto, muy de vez en cuando, me aparece algún reel o publicación que toca mis fibras más sensibles: algo sobre el amor, la muerte, mis padres o mis amigos. Antes de dormir, una lagrimeada y ya está.

Me parece una gran actividad sentarse los sábados por la tarde a sentir.

Me parece una gran actividad sentarse los sábados por la tarde a sentir.

Quizá es muy boomer de mi parte, pero siento que nuestra generación (30-35) y las generaciones subsecuentes se están perdiendo la gran oportunidad de ser conmovidos. Tal vez nuestra poca capacidad de concentración no nos permite contemplar lo que nos rodea, y mucho menos contemplarnos a nosotros mismos. Insisto, quizá es un romanticismo cursi mío, pero a medida que avanzo en la vida disfruto más de una novela o película que cuenta algo cotidiano y no tanto de alguna historia política o revolucionaria con una gran producción.

Es difícil encontrar obras nuevas cuyo origen sea una proto-emoción, porque la mayoría de lo producido hoy solo busca entretener y pasar el tiempo. No digo que esté mal, solo que nos estamos perdiendo de una experiencia muy hermosa y humana en lugar de engendrar algo que trascienda nuestras barreras emocionales.

Después de siglos de arte y cultura, tenemos poemas, canciones, pinturas y reflexiones que nos pueden conmover. Solo hay que buscarlos. Se me vienen a la mente grandes canciones como King de Florence + the Machine o buenos poemas de Whitman. Lamentablemente, ya no es mainstream, y lo mainstream definitivamente no busca causar esa bruma emocional que golpea y nos deja vulnerables, con la piel expuesta a las sensaciones de estar vivos. Por otro lado, las mega producciones están más enfocadas en que perreemos hasta el piso. No me atrevo a decir que los artistas del momento son malos —¿quién soy yo para juzgar?—, pero estoy seguro de que Ozuna no me va a dejar llorando un sábado por la tarde.

Florence + the Machine en concierto

Florence + the Machine en concierto

Sigue leyendo

#Opinión

¿Los cuidados al centro?

Cuidados y movilidad social en México: hacia una igualdad de oportunidades que impulse un futuro inclusivo. Inspiración de Malala.

Publicado

en

Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar a Malala Yousafzai. Malala se convirtió en un símbolo internacional de la defensa de los derechos humanos, -particularmente del derecho de las niñas a acceder a la educación-. La participación siempre serena y clara en donde explica cómo es que las niñas en otras geografías pueden imaginar y crear otros mundos posibles, es especialmente posible cuando les enseñamos que pueden usar su voz, acompañar la creación de otros espacios y generar otras sinergias en las que quepamos todas las personas en cualquier lugar.

Malala Yousafzai con la presidenta Claudia Sheinbaum

Malala Yousafzai con la presidenta Claudia Sheinbaum

Y aunque ese mundo podría ser posible, existen factores fuera del control de las personas que resultan determinantes para acceder a la educación como lo explica Malala, pero también a vivienda, salud, transporte, alimentación y una serie de elementos que impacta directamente en su desarrollo. Estos factores de movilidad social se explican por un lado desde las desigualdades sociales, pero también desde la falta de inversión e infraestructura que por un lado impactan en el crecimiento económico y por otro en el acceso al mercado laboral.

Y esta desigualdad se profundiza cuando hablamos de los cuidados. El trabajo de cuidados -porque es un trabajo, directo o indirecto-, son todas aquellas actividades realizadas para garantizar el bienestar cotidiano y el desarrollo de las personas desde diversas perspectivas: física, económica, emocional, etc., y recaen en su mayoría, en las mujeres. Esta sobrecarga de trabajo obstaculiza la participación en el mercado laboral, la educación y el ejercicio de derechos humanos y tiene incluso un impacto profundo en la salud mental.

Trabajo de cuidados

Trabajo de cuidados

De acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, el peso de la protección social en la desigualad de oportunidades es mayor (38 %) para la población con origen socioeconómico bajo, en comparación con el total de la población (11 %) y la ausencia de esquemas de protección social a lo largo de la vida limita las opciones de movilidad social ascendente entre las mujeres.

Existen varios elementos a considerar para lograr un Sistema Nacional de Cuidados, pero uno y considero es el más importante, es contar con una agenda transversal que genere información, datos y estadísticas que permitan entender, socializar y avanzar la economía de cuidados y que a su vez incluya el gasto social, emocional, físico y fiscal de la propuesta.

Lo cierto es que las normas socialmente establecidas han impactado históricamente en las políticas públicas, asignación de recursos y decisiones institucionales que permea directamente en las tareas de cuidados y su distribución, pero reconocer que todas las personas en algún momento requerimos y requeriremos cuidados -desde las infancias, hasta las personas adultas mayores y con discapacidad-, y que las personas cuidadoras están fuera de los esquemas de movilidad social, es fundamental para reducir las desigualdades.

Así como lo dijo Malala: “vivimos como una familia de naciones. Es necesario que cada miembro de esa familia reciba oportunidades iguales de crecimiento económico, social y educativo. Si uno de los miembros se rezaga, el resto no podrá continuar hacia adelante”.

Sigue leyendo

#Opinión

Esmeralda y el derecho a decidir

Esmeralda, 14 años, acusada de infanticidio tras un aborto espontáneo, refleja la injusticia hacia mujeres y niñas en México.

Publicado

en

Esmeralda, una adolescente de 14 años de Huimilpan, Querétaro, ha sido acusada de infanticidio tras sufrir un aborto espontáneo a las 36 semanas de gestación. La menor, víctima de violación, desconocía su embarazo hasta el momento del aborto. Según la fiscalía, el bebé nació con vida, pero la causa de su muerte fue asfixia.

En la conferencia matutina de ayer, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que Esmeralda no debe ser criminalizada y pidió a la secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, intervenir en el caso. Hace 17 años, se despenalizó la interrupción del embarazo en la Ciudad de México, y en 2021, la Suprema Corte declaró inconstitucional la penalización del aborto en todo el país. Sin embargo, en Querétaro aún se considera un delito. Además, este estado ocupa el tercer lugar en embarazos de niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años, con 278,557 casos, según cifras del INEGI.

Fiscalía desmiente que joven haya abortado en Huimilpan

Fiscalía desmiente que joven haya abortado en Huimilpan

Las mujeres en los 14 estados donde la interrupción del embarazo aún no es legal son tratadas como ciudadanas de segunda clase, pues no cuentan con los mismos derechos que el resto de las mexicanas. No pueden decidir si quieren ser madres y cuándo. La situación es aún más grave para mujeres con discapacidad, indígenas y afromexicanas en comunidades remotas y para niñas, adolescentes y víctimas de violencia sin recursos para viajar a otro estado o incluso para vivir dignamente, mucho menos para mantener a una criatura. Garantizar el derecho al aborto significa dar a las mujeres la posibilidad de decidir sobre su futuro. Sin embargo, este derecho no debe limitarse solo al acceso al procedimiento. La verdadera autonomía implica también una vida libre de violencias, acceso a independencia económica y la capacidad de romper el “piso pegajoso” que las mantiene en desventaja.

Garantizar el derecho al aborto es dar a las mujeres la posibilidad de decidir sobre su futuro.

Garantizar el derecho al aborto es dar a las mujeres la posibilidad de decidir sobre su futuro.

La crianza se convierte en una condena cuando el cuidado recae exclusivamente en las mujeres y ni el Estado ni el sector privado colaboran para aliviar esa carga. Hoy, 29 de octubre, Día Internacional de los Cuidados y Apoyos, es un momento oportuno para reflexionar sobre la necesidad de desfamiliarizar y desfeminizar los cuidados. Garantizar a todas las mujeres la posibilidad de decidir sobre su cuerpo es solo el primer paso. El siguiente es asegurar que, si eligen ser madres, no vean limitado su crecimiento personal y profesional por la falta de corresponsabilidad en el cuidado.

Sigue leyendo
Anuncio publicitario

Facebook

Lo más visto