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#Opinión

¿Igualdad o justicia para los seres humanos?

¿Igualdad o justicia para los seres humanos? Es la pregunta crucial que plantea la humanista y psicoterapeuta Norma Guzmán.

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En estos días, hablando por teléfono con una sobrina que estudia en Canadá dialogábamos acerca de los migrantes; de como hoy estamos viviendo una situación de inseguridad, violencia, carencia de alimentos y de agua en el mundo, haciendo que las personas se muevan de manera masiva en busca de seguridad y de que se les reconozca como seres humanos con necesidades como cualquier otro, pidiendo que se les dé ayuda.

Esto me llevó a reflexionar sobre mi propia circunstancia y cómo vivimos los humanos en un mundo de injusticia y desigualdad, por lo que me pregunté qué es más importante ¿la igualdad o la justicia?

Desde una opinión personal, nadie somos iguales; todos tenemos necesidades diferentes desde nuestras dimensiones biológicas, psicológicas, sociales y espirituales, cada uno de nosotros tenemos pensamientos, actitudes, habilidades, conductas únicas —a partir de cómo hemos construido nuestra realidad— y de cómo percibimos nuestro mundo, pero las emociones de dolor, miedo, enojo, tristeza, alegría, son compartidas por igual en los seres de este planeta.

Entonces, cuando se sufre una injusticia se desequilibra a las personas afectando la forma de sentirse, de pensar; en muchas ocasiones, despersonalizándola y preguntándose ¿quién soy?, dudando de su propia identidad, por lo que se busca un cambio, un movimiento que permita una nueva forma de vida.

Igualdad o justicia para los seres humanos

A partir de aquí me hago la pregunta, ¿la injusticia es porque se cree que lo que les da valor a las personas son las cosas materiales? Hoy —en este tiempo— se ha cosificado a las personas dándoles un valor por lo que tienen y no por lo que son. ¿Quiero ser igual al presidente de algún país, a la reina de Inglaterra? ¿Igual al dueño de Coca Cola? ¿Con recursos económicos insospechados? Quizás por la creencia y los mensajes que hoy recibimos acerca del valor de tener en lugar del ser pero, una vida digna y justa para cualquier ser humano vale más que un reinado, un poder o una riqueza.

Entonces, ¿vale la pena ser docente? Sí. ¿Vale la pena ser comerciante? Sí. ¿Vale la pena ser una persona que trabaja en las labores domésticas? Sí. Por supuesto que cada una de nuestras profesiones es digna de ser reconocida y de darle un valor.

Lo que se pide es justicia, no igualdad; justicia en el trato a las personas, en una paga digna, en la comprensión de las personas que migran por las carencias que sufren en sus países. La dignidad es el valor que los seres humanos nos tenemos que dar y dar al otro por el simple hecho de ser quienes somos.

 

¿Cómo dar al otro la dignidad que merece?

Desde la perspectiva de Gabriel Marcel es en el encuentro con el otro, en la comunicación, introducirnos en la existencia del otro, en una participación en común en donde se deja de ver al ser humano como cosa. La dignidad personal se tiene que lograr mediante actos verdaderamente interpersonales.

A lo que nos invita Marcel es a abandonar la actitud de mero espectador del mundo y responder a la llamada del ser como presencia de lo sagrado en la persona; entrar en contacto con los otros.

Recuerdo que hace unos años llevaba a mi hijo a la escuela y pasaba diariamente por la avenida Congreso de la Unión, en el camellón frecuentemente veía a los indigentes que ahí vivían, su ropa por todos lados, un sillón viejo —si bien les iba—, cuando en el semáforo me tocaba la luz roja se acercaban al auto queriendo limpiar el vidrio, a lo que  en muchas ocasiones dije que no siendo solo una mera espectadora del mundo, pero un día preparándole un sándwich a mi hijo pensé en ellos y preparé alguno para dárselos; como ya era costumbre, me detuve con la luz roja en el semáforo, se acerca un joven al auto, bajo la ventanilla y le doy el sándwich, nos vemos a los ojos y me da las gracias.

Igualdad o justicia para los seres humanos

Esa mirada y esa voz cambió mi percepción acerca de ellos, empecé a verlas como lo que son, son personas. Durante ese momento no pensé ni en su condición de pobreza, ni en que era un indigente; solo vi a la persona que me regaló el aprendizaje de ser empática con ellos, de verlos no solo como bultos o cosas que solo ensucian o son delincuentes sino personas, que sienten, que piensan, que sufren. Al tener contacto con este joven y ver sus ojos, logré conectarme con su ser y comprender su condición.

Desde ese día, cuando veo personas indigentes me pregunto, ¿cuál es su vida o cuál ha sido su experiencia de vida que llegó a estar en esta situación?

Habrá que decir también si lo que hace falta es concientizar a las personas de que es necesario ayudar a los menos afortunados desde una decisión propia de ética y moral en la que —mediante el valor del cuidado y del amor por el otro— se pueda voltear a ver a los más necesitados y tomar la iniciativa de poner un granito de arena para favorecer a las personas que, por mucho que trabajen o por mucho que lo intenten, no logran tener una vida de bienestar.

Esto quiere decir que si nosotros —en un encuentro con el otro— tenemos actitudes de empatía, aceptación incondicional, le permitimos a la persona sentirse segura, confiada y ser vista; sobre todo, existente, existes para mí, existes para el mundo, existes y te miro, y por lo tanto yo también existo.

Para ti, ¿qué es más importante? ¿La justicia de darle a la persona la dignidad que merece en cualquier contexto o la igualdad? Mi respuesta es la justicia, por el valor y por la dignidad que se le dan a cada ser humano y ser viviente de este planeta por el solo hecho de existir.

Igualdad o justicia para los seres humanos

Norma Guzmán es master en terapia breve estratégica y desarrollo humano, y doctorante en desarrollo humano por la Universidad Motolinía del Pedregal. Ha sido docente en los niveles media superior y superior, destaca su desempeño en la Universidad Motolinía del Pedregal y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su experiencia profesional también se ha desarrollado como conferencista, capacitadora y psicoterapeuta en diversos ámbitos vinculados con instituciones sociales y educativas en México; así como en el sector privado.

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Diplomacia Bajo Ataque

México es mucho más que los estereotipos y prejuicios que el senador Kennedy intenta perpetuar.

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La indignación recorre las venas de todos los mexicanos ante las despreciables palabras del senador republicano por Louisiana, John Neely Kennedy. Sus comentarios llenos de arrogancia y menosprecio hacia México han dejado claro su profundo desconocimiento sobre diplomacia internacional y su total falta de respeto hacia nuestra nación.

No podemos quedarnos callados ante semejante agravio. Es momento de alzar la voz y mostrar nuestra convicción de no permitir que este tipo de insultos vengan de un político desinformado. México es mucho más que los estereotipos y prejuicios que el senador Kennedy intenta perpetuar.

Foto: agendasettingdiario

Foto: agendasettingdiario

Es lamentable que un individuo tan limitado en conocimiento y visión tenga el descaro de menospreciar a una nación que cuenta con una economía vibrante, una cultura milenaria y un pueblo trabajador y talentoso. Su afirmación de que estaríamos comiendo alimento para gatos de una lata y viviendo en carpas es un reflejo de su ignorancia y estrechez mental.

 

México es una potencia económica regional y global, con una economía diversa y en constante crecimiento, lo cual queda demostrado como lo comenté en mi columna anterior con la recuperacion de superpeso frente al dolar. Nuestro país exporta productos de calidad a todo el mundo y contribuye significativamente al comercio internacional. No necesitamos que nadie nos alimente ni nos sostenga. Somos capaces de forjar nuestro propio destino y alcanzar el éxito sin depender de los juicios mezquinos de un senador irresponsable.

Foto: Especial

Foto: Especial

El senador Kennedy parece olvidar que la demanda es el motor que impulsa el tráfico de drogas. Si no existiera una alta demanda de fentanilo por parte de los consumidores estadounidenses, la oferta se reduciría considerablemente. El problema fundamental no radica en el tráfico de drogas desde México hacia Estados Unidos, sino en la alarmante y desenfrenada demanda de sustancias ilegales por parte de la población norteamericana.

 

Si el senador está verdaderamente interesado en abordar este tema de manera efectiva, debería concentrarse en establecer estrategias y acciones que disminuyan la demanda de drogas en su propio país. Es imprescindible ofrecer a los ciudadanos una mejor calidad de vida y una educación integral que les permita desarrollarse plenamente, sin tener que recurrir a sustancias psicotrópicas para escapar de una realidad marcada por la incompetencia de algunos políticos, incluyendo al propio senador Kennedy.

Un vagabundo usa un soplete para calentar sus drogas en Garden Grove, California, el 3 de abril de 2023. (John Fredricks/The Epoch Times)

Un vagabundo usa un soplete para calentar sus drogas en Garden Grove, California, el 3 de abril de 2023. (John Fredricks/The Epoch Times)

Históricamente, hemos sido testigos de las consecuencias devastadoras por las invasiones norteamericanas que siempre terminan en tragedias. México no permitirá que ninguna potencia extranjera, por más grande que sea, interfiera en nuestra política y soberanía. Defenderemos con firmeza nuestra dignidad y no cederemos ante los intentos de menosprecio y dominación.

 

Las palabras del senador Kennedy son repugnantes y denotan su profunda ignorancia sobre México y su cultura. No permitiremos que un individuo desinformado mancille nuestra imagen y nuestra posición en el escenario internacional. México es una nación orgullosa, fuerte y soberana, y no toleraremos insultos ni menosprecios de ningún político pueblerino que no entiende el significado de respeto y dignidad.

Y usted, ¿qué opina?

 

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La Ley 3 de 3 contra la violencia y los deudores alimentarios.

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El 28 de abril pasado fue aprobada por el Senado la Ley 3 de 3 contra la violencia que consiste en hacer obligatorios tres requisitos para todo aquel que quiera ocupar un cargo público en México: no tener una sentencia definitiva por violencia sexual, violencia en razón de género (familiar, política, psicológica, física, etc.) y no ser deudor alimentario moroso.

 

Esta iniciativa que surge de la sociedad civil fue turnada al Congreso Local de la Ciudad de México la semana pasada en donde fue aprobada la minuta constitucional. Hasta el momento 9 congresos locales la han aprobado, pero al ser una reforma constitucional a los artículos 38 y 102, se requiere la aprobación de 17 congresos locales para hacerla efectiva antes de las elecciones de 2024.

Además de esto, hace unos días entró en vigor el Registro Nacional de Deudores Alimentarios, cuyo objetivo es concentrar información de deudores y acreedores de obligaciones alimentarias, a fin de dar protección y restitución de derechos de las niñas, niños y adolescentes.

 

De acuerdo con datos del INEGI, de cada 10 divorcios, siete padres no cumplen con su obligación alimenticia en nuestro país, por lo que con el registro, los tribunales deben proporcionarle al DIF la información de las personas que tengan que pagar una pensión alimenticia, pero además se establece la obligación de presentar un certificado de inscripción en el registro para realizar trámites como la licencia de conducir, pasaporte, solicitud de matrimonio, operaciones de compraventa inmobiliaria, además de participar como candidato a elección popular o en la administración pública.

 

En un país en donde el 2022 fue el año más violento contra las mujeres en violencia familiar -con 741 mujeres lesionadas diariamente, lo que representó un incremento de 16, 568 más mujeres que en 2021, de acuerdo con datos del SESNSP-, la Ley 3 de 3 es una fuerte iniciativa y una gran respuesta hacia la deuda histórica que existe con las mujeres que han sido violentadas y es urgente hacer un llamado a aquellos congresos locales que aún no la han aprobado y de justicia restaurativa para las infancias y adolescencias que han sido vulneradas en sus derechos.

 

La urgencia de atajar todas las aristas de la violencia que enfrentan las mujeres en una sociedad en la que, pese a los esfuerzos por erradicarla, está presente en todas sus formas es ya imperante. Existen un brazo constitucional que cada día articula más medidas contra las violencias que aquejan a las mujeres y ese es el gran primer paso, pero es también necesario acompañarlas de debidos procesos y una constante capacitación que permita llevarlas a una correcta ejecución.

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¡El Peso se Fortalece! ¿Mito o Realidad?

En los últimos meses, el peso ha mostrado un fortalecimiento significativo.

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El fortalecimiento del peso mexicano ante el dólar ha sido uno de los temas más debatidos en el ámbito político y económico del país. Existen dos posiciones encontradas: una que desestima las acciones del gobierno y otra que asegura que el buen manejo gubernamental es el único responsable del fortalecimiento del peso. Pero, ¿cuál es la realidad?

Para responder a esta pregunta, es necesario analizar la situación histórica y estadística del peso mexicano. En los últimos años, el peso ha tenido altibajos significativos en su valor frente al dólar. Por ejemplo, en 2016, la moneda mexicana se debilitó un 19% frente al dólar debido a la incertidumbre generada por la elección presidencial en los Estados Unidos. En 2019, el peso se depreció un 3.8% debido a la guerra comercial entre los Estados Unidos y China.

 

Sin embargo, en los últimos meses, el peso ha mostrado un fortalecimiento significativo. Actualmente, el peso mexicano se cotiza en $17.90 por dólar (fuente: Banco de México), lo que representa un aumento del 6% aproximadamente en lo que va del año. ¿A qué se debe este fortalecimiento?

 

En gran medida, el fortalecimiento del peso mexicano se debe a una combinación de factores internos y externos. Por un lado, el gobierno ha implementado medidas fiscales y monetarias que han mejorado la situación económica del país. El Senado de la República ha trabajado para generar confianza y certidumbre en los mercados, lo que ha permitido un mayor flujo de inversión extranjera.

Por otro lado, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha jugado un papel importante como mediadores y árbitros en asuntos de política internacional que han derivado en el alza de confianza hacia la nación y su divisa. La ratificación del T-MEC, por ejemplo, ha fortalecido la relación comercial con los Estados Unidos y Canadá, lo que ha tenido un impacto positivo en el valor del peso.

 

Es importante destacar que el fortalecimiento del peso no solo beneficia a las grandes empresas y a los inversionistas extranjeros, sino también a la población en general. Un peso más fuerte significa una mayor capacidad adquisitiva de los mexicanos, lo que se traduce en una mejora en la calidad de vida.

 

Es cierto que aún hay mucho por hacer para consolidar el fortalecimiento del peso y generar un crecimiento económico sostenido. Pero es también cierto que el camino recorrido hasta ahora es esperanzador. La unión de ideologías y posiciones políticas a favor de la gente, en conjunto con el gobierno, puede llevar a México a consolidar su posición como una potencia económica mundial.

 

Por lo antes mencionado, el fortalecimiento del peso mexicano ante el dólar no es un mito, es una realidad que se debe al trabajo conjunto de diversos actores políticos y económicos. Invito a la población a continuar apoyando estas acciones y a trabajar juntos para consolidar el camino hacia una economía más próspera y equitativa. ¡El futuro es prometedor!

 

¿Y usted… que opina?

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