Cuidad de México | 28 de noviembre de 2022.| Redacción.-
La temporada de precipitaciones, que va de junio a octubre, se caracteriza por carecer de contingencias ambientales, pero es la época de la lluvia ácida, fenómeno agravado por las emisiones de la refinería y la termoeléctrica de Tula, expuso la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema).
El Laboratorio de Análisis Ambiental toma muestras del agua precipitada cada semana durante la temporada y detectó que 18.5 por ciento es lluvia ácida, producto de los contaminantes en torno a las nubes y detectados tras los análisis.
“En Tlalnepantla ocurre algo similar con el sulfato, que representó el 26 por ciento de los iones en la estación, lo cual se puede relacionar con la ubicación, que se encuentra en la trayectoria de las emisiones de la zona industrial, la termoeléctrica y refinería de Tula, en Hidalgo”, cita el Informe de Calidad del Aire 2019, emitido en octubre pasado.
El agua pura debe tener un pH (medida de acidez) de alrededor de 7, en una escala de 1 a 14.
Las muestras tomadas en la Ciudad reportaron 5.6, valor correspondiente a la acidez causada por el contenido de contaminantes.
“La lluvia ácida es considerada como un problema de calidad del aire con consecuencias sobre la salud humana y los ecosistemas”, explica la especialista del World Resourses Institute (WRI), Ana Cecilia Perales.
Los gases procedentes de la quema de combustibles reaccionan reaccionan con el oxígeno del aire, el vapor de agua y se transforman en ácidos que transporta la lluvia.
“Este tipo de agua contiene metales tóxicos, sobre todo de aluminio y metales pesados, que deterioran a los organismos vegetales y disminuyen así la potabilidad del agua”, puntualiza la experta de WRI.
Contaminación por bióxido de azufre
Uno de los contaminantes que acidifica la lluvia es el azufre, señaló el informe de la Sedema.
“El corredor industrial Tula- Tepeji tiene una contribución importante en los niveles de bióxido de azufre, ya que se quema combustible con alto contenido en azufre que, al liberarse a la atmósfera, se transporta hacia la ciudad por acción del viento”, planteó.
En los días en los que el viento sopla de Tula a la Ciudad, el bióxido de azufre se detecta más por las noches y madrugadas, anota el informe.
“Es frecuente que, en la madrugada, las estaciones en el centro y norte de la ciudad registren incrementos extraordinarios, asociados a la emisión de la zona industrial de Tula-Tepeji”, puntualiza.
La lluvia ácida ha sido detectada también en el suelo de conservación, en el sur, en el Desierto de los Leones, en el Ajusco y Milpa Alta, detalló el informe.
Las instalaciones de Pemex y de la CFE en el municipio hidalguense también contribuyen a la producción de bióxido de azufre (SO2), que hacen que los habitantes del Valle de México respiren niveles superiores a los admitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el regulador de EU.
Detectan límites rebasados
El bióxido de azufre en la ZMVM á dentro de la Norma Oficial Mexicana, pero rebasa los estándares internacionales.
NOM
44 ppb (límite 110 ppb)
Promedio en 24 horas.
88 ppb (límite 200 ppb)
2° máx. promedio móvil 8hrs.
7 ppb (límite 25 ppb)
Promedio anual.
OMS – *Organización Mundial de la Salud
91 µg/m³ (límite 20µg/m³)
Promedio en 24 horas.
EPA – Agencia de Protección Ambiental de EU
119 ppb (límite 75 ppb)
Promedio trianual, máx. 1hr.
ppb: partes por billón.
µg/m³: microgramos por metro cúbico.
FUENTE: Informe Anual de Calidad del Aire 2019 de la Sedema