Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial de Colombia, fue víctima de un atentado el sábado 7 de junio. La madrugada de este 11 de agosto, se informósu fallecimiento a causa de los dos disparos en la cabeza cuando realizaba un mitin en el barrio Modelia.
La salud de Uribe empeoró las últimas horas, necesitando intervenciones de emergencia
La muerte de Miguel Uribe Turbay fue confirmada por la Fundación Santa Fe de Bogotá, hospital en el que el precandidato presidencial de Colombia se encontraba tras el atentado en su contra, el pasado 7 de junio.
Tras permanecer dos meses en cuidados intensivos y varias cirugías, el estado del senador Miguel Uribe Turbay se tornó crítico. El sábado 9 de agosto, se informó que el político necesitó de “requirió “nuevos procedimientos neuroquirúrgicos de urgencia” para estabilizarlo.
Atentado contra Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial de Colombia
Miguel Uribe fue senador por el partido Centro Democrático; estaba en un parque cuando, el pasado 7 de junio, alguien se le acercó por detrás y le disparó directo en la cabeza.
Expresidente de Colombia confirma la muerte de MIguel Uribe Turbay / Captura de pantalla
Se reporta que dos sujetos fueron detenidos como presuntos responsables del atentado, según informa El País.En redes sociales se difundieron imágenes del momento en que le dispararon, el pánico que se desató entre la gente, y cómo el precandidato fue llevado por varias personas mientras sangraba de la cabeza.
Miguel Uribe fue miembro del partido opositor al gobierno, mismo que lidera Álvaro Uribe. Fue hijo de Diana Turbay, abogada y periodista que fue secuestrada por Pablo Escobar en 1990, con el fin de presionar al Presidente Gaviria para que aboliera la extradición hacia Estados Unidos.
Foto: Miguel Uribe Turbay (Facebook)
Imposible que este caso no recuerde al de Luis Carlos Galán, quien era candidato a la presidencia de Colombia a finales de los años 80, pero fue asesinado por orden del propio Pablo Escobar ante su idea de extraditar a los narcotraficantes…
Y, claro, el caso mexicano del asesinato del candidato presidencial, Luis DOnaldo Colosio, en 1994… un caso que no se ha resuelto (y quizás nunca se resolverá)
Oposición condena atentado contra Miguel Uribe Turbay
Tanto el Partido Centro Democrático como el Gobierno de Colombia fueron firmes al condenar el atentado contra Miguel Uribe Turbay.
“Rechazamos enérgicamente este ataque que no solo pone en peligro la vida de un líder, sino que también atenta contra la democracia y la libertad en Colombia”, expresó el partido. Miembros del mismo ya acusan directamente al presidente Gustavo Petro, señalando que es una manera de detener a la oposición, pues Miguel Uribe es uno de sus principales críticos.
El precandidato presidencial acusó en distintas ocasiones que Petro promueve una consulta popular sobre su Gobierno como parte de un plan para reelegirse; además, denunció múltiples veces que su administración gasta millones y se enriquece mientras la pobreza se extiende en Colombia.
Foto: Miguel Uribe Turbay (Facebook)
El Gobierno de Gustavo Petro se solidarizó con el precandidato opositor
“Expresamos nuestra solidaridad con el senador Uribe Turbay (…) Elevamos un llamado a las autoridades competentes para que adelanten de manera inmediata y rigurosa las investigaciones necesarias que conduzcan a identificar y judicializar a los responsables de este atentado”, fue el mensaje del Gobierno de Colombia.
El propio Gustavo Petro se pronunció en X, con un mensaje un tanto trivial, pero solidarizándose con Uribe y su familia: “Ay Colombia y su violencia eterna. Quieren matar al hijo de una árabe en Bogotá, que ya habían asesinado, y no se debe matar en el corazón del mundo. Matan al hijo y a la madre. Mi solidaridad a la familia Uribe y a la familia Turbay. No sé cómo mitigar su dolor. Es dolor de madre ida y de patria”.
Gustavo Petro, Presidente de Colombia / Foto: Facebook/gustavopetrourrego
El frío y la humedad eran extremos. Alrededor de la cabaña de madera contrachapada y lonas de plástico, solo había kilómetros y kilómetros de árboles, rocas, algunos animales y el mar.
Ni una sola persona, mucho menos un hospital o clínica dental.
Pero Bob Kull necesitaba sacarse un diente en el que tenía un doloroso absceso.
Pensó en llamar al ejército con el teléfono satelital que había llevado consigo. No obstante, la ayuda no llegaría rápido y además habría significado el fin de su misión: vivir un año en soledad en la Patagonia chilena.
Decidió escribirle un correo electrónico a su contacto de emergencia, su amiga Patty, quien por casualidad era enfermera. La respuesta fue tajante:
“Me dijo que amarrara una cuerda a mi diente y el otro lado a una puerta, la cerrara con fuerza y continuara con mi vida. Y añadió que ‘las personas se han sacado dientes por sí solas durante siglos. Resuélvelo'”.
Aunque Patty estaba preocupada, su mensaje buscaba motivar a Kull a continuar su viaje.
La cabaña no tenía una puerta pesada que pudiera usar, así que el hombre intentó hacer lo mismo pero atando el hilo a una roca. El miedo al dolor no le permitió lanzarla.
“Lo que hice fue atar el extremo de la cuerda a la pata de la mesa, clavada al suelo, y simplemente me saqué el diente con los músculos del cuello. Me dolió mucho más pensarlo que hacerlo”, indica.
Fuente de la imagen,Bob Kull
Pie de foto,Kull llevó consigo un kayak, un bote inflable y muchísimas herramientas de construcción que incluyeron madera, martillos y una motosierra.
Era el año 2001 y el estadounidense cursaba un doctorado en la Universidad de British Columbia, en Canadá.
Como parte de su disertación, viajó hasta un remoto archipiélago chileno para investigar cómo es vivir en aislamiento en medio del clima extremo.
Su estancia en soledad estuvo llena de metáforas, como la del diente enfermo. Por supuesto, no exhorta a la gente a realizarse procedimientos médicos por sí misma, pero para él, la situación le mostró cómo muchas veces ignoramos nuestro potencial.
“Cuando pasan estas cosas, una parte de ti siempre piensa: ‘Necesito estar cerca de un dentista o estar cerca de otras personas'”, señala.
Muchas personas, afirma, temen a la soledad.
“Porque uno de los retos de la soledad es que te obliga a enfrentar lo que ignoras”, comenta.
Sin embargo, para él fue un proceso de aprendizaje y así se lo contó al programa Outlook de la BBC.
Un niño que busca su espacio
Kull, quien en la actualidad tiene 79 años, creció en la pobreza en una zona rural del sur de California.
Su cama estaba en un pasillo de su casa, así que no tenía privacidad. Aunque no describe maltratos, afirma que sus padres lo juzgaban de forma constante. Lo único que unía a su familia era el amor por la naturaleza.
“Todos los domingos de verano, en las tardes, hacíamos picnics. Eso era lo que nos mantenía unidos”, señala.
De ahí también nació su interés y búsqueda constante de la soledad.
“En cierto modo, mi infancia fue idílica, pero yo no entendía esto en absoluto. Solo sentía que había algo mal en mí. Así que cruzar la carretera, trepar la cerca de alambre de púas y desaparecer en un bosque de árboles, pastizales y un arroyo, y simplemente estar solo, era una gran bendición para mí”, comenta.
Y agrega: “Era el único lugar donde podía relajarme y ser quien realmente soy. Creo que ahí fue donde comenzó este amor por estar solo en el mundo no humano”.
Una vez adulto, dejó su casa en cuanto pudo. Luego de viajar por EE.UU., se mudó a Canadá para evitar ser reclutado para la Guerra de Vietnam.
Allí tuvo múltiples trabajos: en un cuerpo de bomberos, en un aserradero, en mantenimiento, en construcción e incluso tomó un curso de fotografía durante dos años.
También vivió una crisis existencial.
“Me había convertido en un hombre machista, que se emborrachaba en los bares y dañaba todo lo que sus manos tocaban”, dice.
“Sentía algo vacío, mi vida simplemente estaba vacía. Necesitaba pasar tiempo conmigo mismo”, agrega.
Fuente de la imagen,Bob Kull
Pie de foto,Durante su estancia en la Patagonia, Kull tuvo que extraerse un diente tras sufrir un absceso.
Entonces decidió pasar su primer periodo largo en soledad, en medio de la naturaleza del norte de Canadá.
Durante tres meses, pescó y cazó en un bosque de la provincia de la Columbia Británica. Y uno de esos días, cerca de una playa, vio las huellas de un oso. Su aventura se convirtió en una experiencia aterradora.
Ahora debía enfrentar su miedo o regresar a la vida en sociedad. Se decidió por lo primero.
“Una noche, dejé atrás la fogata, caminé hacia el bosque y me acosté en el suelo en medio de la oscuridad. Estuve allí durante un tiempo y escuché a un oso venir hacia mí. Me asusté, estuve al borde del pánico”, cuenta.
Se quedó inmóvil, porque ante la presencia de un animal salvaje, cualquier paso en falso podría haber significado la muerte.
Sin ningún propósito, porque no tenía a nadie cerca, empezó a pedir ayuda. Y entonces se rindió: “Si un oso necesita comerme, que así sea”.
La experiencia marcó profundamente su vida. El oso nunca llegó y hasta hoy no sabe si fue real, pero entendió que había logrado algo esencial: una rendición espiritual que lo conectó con algo más grande que él.
“Tenía la fantasía de que así sería mi vida, llena de luz y asombro. Esto era lo que había estado buscando: una sensación de presencia espiritual”, sostiene.
Estudiarse a sí mismo
Luego de esta experiencia en la naturaleza, Kull continuó viajando y hasta llegó a ofrecer un curso de vela y buceo en República Dominicana.
Más adelante, fue atropellado por un conductor ebrio, pasó un año en un hospital en Montreal y sufrió la amputación de una pierna.
Esta dolorosa vivencia lo llevó a estudiar biología, medioambiente y psicología en la Universidad de McGill a los 40 años. En el doctorado, dio un giro a sus intereses, y en vez de estudiar el mundo que le rodeaba comenzó a analizarse a sí mismo.
“Me di cuenta de que el animal que realmente quería estudiar era a mí mismo”, señala.
Surgió la idea de la Última Esperanza, un archipiélago en el sur de Chile lejos no solo de los turistas, sino de la gente en general. Un lugar, como le advirtió el gobierno del país sudamericano, “feroz y extremo”.
Fuente de la imagen,Bob Kull
Pie de foto,Última Esperanza es un archipiélago inhóspito en la Patagonia chilena.
“Les dije a los chilenos que yo conocía el frío, había vivido en el oeste de Vancouver en Canadá”, dice Kull. “Pero realmente no tenía ni idea de qué es el clima frío. Ese lugar en Chile era el más ventoso sobre la Tierra”, añade.
La Armada chilena lo ayudó a llegar con todo su equipo y se estableció en una pequeña isla que ni siquiera tenía nombre. No había nadie a decenas de kilómetros de distancia.
Llevó consigo una larga lista de materiales: comida, herramientas de construcción, una caña de pescar, un kayak y un bote inflable, propano, estufa y equipos de comunicación.
Y, además, un gato que le ayudaría a identificar si su pesca se mantenía fresca, pero que se convirtió en el acompañante mimado de Kull, para quien atraparía mariscos y cuidaría de las inclemencias del sur del mundo.
Los primeros meses fueron abrumadores.
Dormía en una tienda de campaña que una noche quedó inundada por la marea, obligándolo a mover todas sus cosas y posteriormente a construir con sus propias manos una cabaña elevada sobre postes para evitar el suelo húmedo.
“Mi plan era grapar las lonas, llevé 2.000 grapas, pero eran del tamaño equivocado. Tuve que clavarlas una por una con un martillo, con mis dedos agrietados por el frío. No paraba de martillarme y maldecir”, comenta.
En su hogar improvisado, Kull podía enfrentar un poco mejor la dura Patagonia.
De quien no pudo escapar dentro de aquellas paredes de lona fue de sí mismo.
Fuente de la imagen,Bob Kull
Pie de foto,Kull construyó su propia cabaña utilizando madera contrachapada y lonas de plástico.
¿Qué se aprende de la soledad?
El viento fuerte y la humedad estropeaban la caseta de madera y lona, así que Kull pasaba los días ocupado con reparaciones.
“Simplemente, vivía día a día, aunque estaba bastante ocupado, porque siempre había que hacer reparaciones. Pero más allá de eso, también tenía que ir a pescar, buscar leña con la motosierra, cortar esa madera para el fuego”, relata.
También siguió con su práctica de meditación en horarios establecidos.
“Los domingos eran mis días de descanso. En ese momento de la semana no hacía nada estructurado, ni siquiera meditar o algún quehacer, solo estaba allí”, añade.
Precisamente, ese momento de la semana era “el más difícil”.
Kull pensó que durante su año en la Patagonia se sentiría como en esos tres meses que pasó en el bosque canadiense, “entretejido” con el mundo.
Y sí que había momentos así. Pero luego, sobre todo los domingos, caía “en una profunda depresión, ira, sensación de soledad y enajenación”, comenta.
Sin embargo, la soledad, además de ayudarle a descubrir su potencial, como pasó luego de sacarse el diente, o a entregarse al momento, como ocurrió en el bosque de Canadá, también le regaló una tercera gran enseñanza: la aceptación.
Fuente de la imagen,Bob Kull
Pie de foto,Bob Kull mantenía su cabaña caliente con propano.
“Creo que la lección más importante que aprendí fue la ecuanimidad, aceptar las cosas tal y como son”, describe.
Esta idea le llegó mientras visitaba un glaciar que había visto en sus mapas de la Patagonia. Estaba aún más aislado, lejos de su pequeña cabaña y del gato que le acompañaba.
“De la misma manera que no puedo controlar el clima exterior, pero puedo aprender a vivir con él y no sentirme tan mal cuando hace frío o lluvia, ocurre con el clima interior”, afirma Kull.
“A veces adentro hace sol y calor, y a veces hay niebla y a veces hay tormenta”.
“Parece una tontería, ¿verdad? La afirmación de que las cosas son como son, es tan básica. Y, sin embargo, dedicamos muchísimo tiempo y energía a negar la realidad, a negar que las cosas sean como son. O a luchar contra la realidad”, continúa.
Fuente de la imagen,Bob Kull
Kull pasó un año y pico en la Patagonia, hasta que su amiga Patty llegó con la Armada chilena a buscarle.
Asegura que ya estaba acostumbrado a la soledad, y que no tenía prisa por finalizar su aventura.
“Cuando el barco de la Marina vino a buscarme, Patty estaba conmigo, pero me fui hacia la popa y simplemente me senté y observé cómo la isla desaparecía en la distancia”, recuerda.
Comenta que para él, Última Esperanza se había convertido en un “hogar”.
En la actualidad vive en Vancouver, Canadá. Aún tiene momentos de entera soledad.
“Aún pasó un mes acampando solo. Conduzco hacia el norte y luego le pago a un piloto para que me lleve a un lago remoto con su hidroavión y me deje allí”, señala.
¿Dónde queda este lago? Se niega a decirlo.
No quiere que nadie interrumpa su soledad.
La entrevista original a Bob Kull la realizó el programa Outlook de la BBC. Puedes escuchar la versión en inglés aquí. La historia fue adapatada a texto por Ronald Alexander Ávila-Claudio.
Así, tras el inédito acuerdo con las autoridades chavistas que, hace unas semanas, permitió la liberación de 10 estadounidenses detenidos en el país suramericano, a cambio de la devolución de 252 migrantes venezolanos que fueron deportados a El Salvador y al que siguió el anuncio de un nuevo permiso para que la petrolera Chevron vuelva a extraer crudo venezolano, Washington ha elevado a US$50 millones la recompensa que ofrece por Maduro desde 2020.
“Es uno de los narcotraficantes más grandes del mundo y una amenaza a nuestra seguridad nacional”, justificó la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, al anunciar este jueves el “histórico” monto que recibirá aquella persona que aporte información que conduzca al “arresto” del gobernante venezolano.
El canciller venezolano, Yvan Gil, tachó de “cortina de humano” el anuncio y aseguró que con esto se busca distraer la atención de otros asuntos, como el caso del fallecido delincuente sexual Jeffrey Epstein.
Por su parte, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, afirmó que las acusaciones estadounidenses sobre los nexos entre autoridades venezolanas y narcotraficantes son “una gran mentira”.
Un nuevo récord
El calificativo de “histórico” que Bondi utilizó para describir la nueva recompensa se ajusta a la realidad, pues esta es la más alta de la que se tiene registro.
Hasta el jueves, el monto de US$25 millones ofrecido por Maduro era igual al que en su momento ofrecieron las autoridades estadounidenses por Osama Bin Laden, el fundador del grupo terrorista Al Qaeda y cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Washington también ofreció la misma suma por información que permitiera encontrar al depuesto gobernante iraquí Saddam Hussein, luego de la invasión al país en 2003.
Y la cifra que ahora se ofrece por el mandatario venezolano supera a los US$30 millones que Washington prometía por las pistas que permitieran a sus soldados dar con el paradero de Uday y Qusay Hussein, hijos del ex hombre fuerte de Iraq.
La recompensa por los hermanos Hussein, cancelada en 2003, fue la mayor jamás otorgada bajo el Programa de Recompensas por la Justicia hasta ahora, según se lee en la página web del Departamento de Estado de EE.UU.
La suma fue pagada, de acuerdo a lo declarado por el entonces secretario de Estado de EE.UU., el fallecido Colin Powell. Pero más de 20 años han pasado desde entonces.
La recompensa de Maduro, sin embargo, es distinta y forma parte del Programa de Recompensas por Narcóticos (NRP, por sus siglas en inglés).
El NRP “otorga al Secretario de Estado la autoridad legal para ofrecer recompensas de hasta 25 millones de dólares”, figura también la página web del Departamento de Estado.
Hasta la fecha, este programa ha ayudado a llevar ante los jueces estadounidenses a más de 75 extranjeros infractores graves de las leyes antinarcóticos de ese país.
Asimismo, EE.UU. ha pagado hasta el momento más de US$ 35 millones en recompensas a personas que proporcionaron información que condujo al arresto o la condena de dichos delincuentes, según la información pública disponible.
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Pie de foto,La fiscal general de EE.UU. anunció la “histórica” recompensa por Maduro.
El líder un grupo criminal
La fiscal Bondi lo acusó de ser “uno de los narcotraficantes más grandes del mundo” y aseguró que en lo que va del año la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés) ha incautado 30 toneladas de narcóticos provenientes de Venezuela, de las cuales siete estarían “directamente vinculadas” al gobernante.
“Maduro utiliza organizaciones terroristas como el TDA (Tren de Aragua), (el cartel de) Sinaloa y el cartel de Los Soles para traer drogas letales y violencia a nuestro país”, agregó la funcionaria, quien aseguró que al gobernante le han sido incautados bienes por US$700 millones en los últimos meses.
El 25 de julio pasado, el Departamento del Tesoro calificó al cartel de los Soles como una “organización terrorista global”.
Pero, ¿qué es el cartel de Los Soles? No es una organización criminal a la usanza.
“Es un grupo de círculos o redes dentro del régimen chavista que facilitan, protegen o participan en el narcotráfico”, dijo en 2020 a BBC Mundo Jeremy McDermott, codirector y cofundador de Insight Crime, un centro de investigación sobre crimen organizado en América Latina y el Caribe.
Algunos expertos aseguran que esta estructura la dirigen altos funcionarios venezolanos, incluidos militares, los cuales facilitan el paso por territorio venezolano de estupefacientes producidos en Colombia.
El nombre del grupo proviene de las insignias que portan los generales venezolanos en sus uniformes.
El incremento de la recompensa también se produce luego de que, en junio, un presunto miembro de esta organización, el general venezolano Hugo Carvajal. se declarara culpable de narcotráfico y narcoterrorismo en EE.UU.
Carvajal, alias “El Pollo”, fue jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar durante los gobiernos del fallecido presidente Hugo Chávez, entre 2004 y 2011, y diputado y cónsul con Maduro.
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Pie de foto,La recompensa por los hijos de Saddam Hussein ha sido la más alta pagada por EE.UU. hasta la fecha.
“Puro invento”
Desde 2020, Maduro y otros 14 funcionarios y exfuncionarios venezolanos están en la mira de la justicia estadounidense por “intentar inundar al país con cocaína para socavar la salud y el bienestar de nuestra nación”, aseguró el fiscal Geoffrey S. Berman, al momento de presentar cargos contra el gobernante y sus colaboradores.
Las autoridades venezolanas, por su parte, han negado con insistencia cualquier vinculación con el tráfico de estupefacientes.
“El cartel de los Soles es un invento de ellos (EE.UU.)”, declaró el ministro del Interior, Diosdado Cabello, quien también es señalado por las autoridades estadounidenses de formar esta organización.
“No sé cuántos años tiene que ellos inventaron eso (del cartel de Los Soles) y en ese tiempo ha tenido como 300 jefes”, dijo.
“Cada vez que alguien les molesta, ellos lo ponen de jefe del cartel de los Soles”, afirmó, al tiempo que agregó que “lo que sí es cierto es que donde opera el mayor cartel del mundo es EE.UU.”, en referencia a la DEA.
Otra prueba que las autoridades venezolanas utilizan para negar cualquier nexo con el narcotráfico es el número de incautaciones. En febrero pasado, el el jefe de la Superintendencia Nacional Antidrogas (Sunad), Danny Ferrer, aseguró que más de 40 toneladas de narcóticos fueron interceptadas en 2024.
Sin embargo, esta cifra es 28,7% menor a la de 2023, cuando efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y agentes de los distintos cuerpos policiales decomisaron 56.187 kilos.
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Pie de foto,El ministro Cabello, otro señalado por EE.UU. de nexos con el narcotráfico, ha calificado de “mentiras” las acusaciones.
El gigante asiático está enfrentando un nuevo problema sanitario… se trata de un preocupante brote de chikungunya, pues ya registró más de 7 mil infectados. Tan solo en una semana, China reportó casi 3 mil nuevos contagios.
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China registra más de 7 mil infectados de chikungunya
China está enfrentando un nuevo problema de salud… se trata de nada más y nada menos que de un alarmante brote de chikungunya (como ya pasó en México), infección transmitida por mosquitos y que ya ha infectado a más de 7 mil personas.
Desde julio, la provincia de Guangdong se ha enfrentado a los contagios de chikungunya. En la ciudad de Foshan se han concentrado los casos, pues en tan solo una semana se reportaron 3 mil nuevos contagios.
Sin revelar cifras exactas, el gobierno ha informado que varios pacientes han sido hospitalizados y duermen bajo mosquiteras.
Aunque la mayoría de personas se recuperan en una semana, algunas presentan dolores articulares que pueden durar años… y pese a que las muertes son raras, si se pueden dar. Eso sí, no existe tratamiento ni cura.
Mosquito en México // Foto: Observatorio Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Chile
Implementan medidas de parecidas a las del Covid-19
Debido a que esta enfermedad es poco frecuente en China y que se ha registrado una muy rápida propagación, las autoridades se han visto forzadas a implementar medidas sanitarias, parecidas a las de la pandemia de Covid-19.
Pues en los hospitales en Foshan, se han implementado camas aisladas y una cuarentena para los pacientes. Además, se han ofrecido pruebas masivas y la instalación de mosquiteros en edificios completos.
Por si estas medidas no fueran suficientes, también tienen personal encargado de desinfectar constantemente las calles y el gobierno a amenazado con multar a las personas que dejen agua estancada.