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#Opinión

La legitimidad de las urnas y las fuerzas externas

El histórico triunfo electoral de Claudia Sheinbaum y otras mujeres desafía los estereotipos de género en la política mexicana. Ahora, el foco está en garantizar una representación diversa y efectiva en el gobierno.

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Hace poco más de una semana que México eligió a su primera presidenta, cuatro nuevas gobernadoras y la tercera legislatura paritaria. Estos triunfos electorales nos han demostrado lo fuera de lugar que está la pregunta que escuchamos tantas veces: “¿México está preparado para que lo gobierne una mujer?”.  A juzgar por la histórica votación del 2 de junio, el género de quien ostenta la presidencia ya no es limitante: el 90% del electorado (casi 50 millones de personas), votaron por una mujer. Al parecer ya rompimos con el techo de cristal para las mujeres más cercanas a la cúpula, ahora nos falta arreglar las escaleras rotas para que más mujeres, de diversas posturas ideológicas y orígenes, accedan al poder.

Por un lado, la brecha de género se ha ido cerrando, por otro, la brecha de representatividad se ha ido cerrando. Claudia Sheinbaum obtuvo 60% de la votación, MORENA tendrá mayoría calificada en la Cámara de Diputados y le faltarán 4 senadores para tenerla en la Cámara Alta. Prácticamente, no tendrá ningún contrapeso para ejercer el poder y esto ha puesto muy nerviosos a los mercados internacionales.

Las declaraciones de Ignacio Mier, seguidas por las de López Obrador y finalmente, la conferencia de prensa de la virtual presidenta electa movilizó a la Bolsa de Valores y depreció el peso en casi 2% este lunes. La solidez económica del sexenio de AMLO se tambalea por la falta de contrapesos que tendrá el gobierno de Claudia.

Aunque las fuerzas externas como el TMEC, las políticas migratorias de Estados Unidos y el nearshoring como la ventaja competitiva principal, siguen siendo una presión fuerte para la presidenta, la sobrerrepresentación en el Congreso federal y los congresos locales le dan la posibilidad de eliminar órganos autónomos, reformar el poder judicial o cambiar la ley del ISSSTE sin tener alguna resistencia, y eso ha generado temores.

Claudia hizo una campaña ambigua, alardeando su cercanía con AMLO ante los votantes de MORENA, pero reafirmando su independencia ante los indecisos, los empresarios y los inversionistas. Estos serán los momentos decisivos para saber cuál Claudia es la que gobernará: ¿la científica, la incondicional al actual presidente, la luchadora social de izquierda? En su primera semana como presidenta electa optó por darle juego a López Obrador, veremos si después de la discusión estas reformas se concretan.

Mientras tanto tendremos que esperar a conocer más del estilo de gobernar de la Dra. Sheinbaum: ¿cómo integrará su gabinete? ¿Será un gabinete paritario? ¿Las mujeres que la acompañen tendrán poder real?

La conferencia de ayer generó más preguntas que certezas, y tendrá que enfrentarlas rápida y eficazmente si quiere que el gobierno de la primera presidenta (la más votada en la historia y con más poder) no quede marcado por un inicio de sexenio como el que ya no estábamos acostumbrados desde hace 30 años: con una crisis económica.

La legitimidad de un voto masivo no exentará a la presidenta de ser medida por una vara muy alta y que escuchemos otra vez un “¿para esto querían el poder?” o “ya vimos que no saben gobernar”. Las decisiones de Sheinbaum ya tienen un peso histórico desde ahora, pavimentando el camino hacia el 1 de octubre

Dirige Consultoras en Género y Gobierno (CGG); es especialista en comunicación política con perspectiva de género. Estudió Ciencia Política y Relaciones Internacionales en el CIDE y tiene una maestría en Política con especialización en Economía Política por la Universidad de Nueva York (NYU). En 2019 fue becaria de la Fundación Carolina, con la cual cursó el Master en Comunicación y Marketing Político en la Universidad de Alcalá de Henares en Madrid, España. Conduce el programa “Perspectiva y Poder” todos los jueves por ADR Networks; es profesora de la Universidad Anáhuac México, parte de la membresía de Auna México y de la Red de Politólogas #NoSinMujeres.

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Más allá del voto

Explicarle a alumnos entre los 18 y los 24 años cuales son sus derechos laborales es una acción profundamente política y democrática…

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La percepción de lo político, normalmente, está vinculada con los partidos políticos y el voto; siendo sinceros, esos dos aspectos son la parte más alta de la punta del iceberg y no solo de “lo político” incluso también de la democracia.

Y lo relacionamos con la punta del iceberg no porque sea lo más alto e importante, sino porque si lo que vemos del iceberg es apenas una parte pequeña, aquellos elementos son ínfimos en relación con la totalidad de lo político. Esta reflexión cobra relevancia porque habilita un abanico de posibilidades, de entrada el simple y sencillo hecho de que somos políticos y llevamos a cabo una vida política todo el tiempo que transitamos la vida social. Las preguntas importantes son ¿cómo ejercemos esa política?, y ¿qué tan consientes somos de la política que ejercemos? Porque créanme, la ejercemos. 

Haciendo una reducción increíblemente reducida, concédanme la redundancia, la política es lucha del poder, y no me refiero al poder de decidir acerca de una ley, un juicio o la implementación de una política pública, me refiero al poder en el día a día, que me habilita para poderme desarrollar de una manera diferente a la que normalmente realizo; me refiero a lograr ir en contra de las condiciones materiales en las cuales existo o por lo menos cuestionarlas. La posibilidad de aquello ya es poder.

Vale la pena tratar de contestar aquellas preguntas porque entonces podemos encontrarnos, ya desde la individualidad, ya desde la cooperación, como agentes reales y constantes de cambio. Y con todo lo anterior, quiero ilustrar el texto con mi vivencia personal porque esto es una columna, no un ensayo de ciencias políticas.

Llevo ya varios años dando clases porque siempre sentí que era algo que debía hacer y además me gusta hacerlo, pero no fue hasta este semestre que comprendí a fondo las implicaciones de mis acciones. Me asignaron la materia de derecho laboral a estudiantes de turismo, situación que ya me había sucedido pero mi aproximación al curso, en aquel entonces, era más técnico y teórico porque cuando me tocó darla no tenía mucha experiencia profesional, situación que después de varios años transitando el derecho del trabajo pues trascendió en mi docencia.

Me di cuenta que explicarle a alumnos entre los 18 y los 24 años cuales son sus derechos laborales es una acción profundamente política y democrática, porque desgraciadamente hay un gran desconocimiento de esta situación, y además resonaba como un auténtico cambio de perspectiva para los estudiantes porque les estaba dotando de herramientas prácticas y tangibles para hacerle frente a la vorágine que sucede en el mundo laboral, particularmente el del servicio restaurantero y turístico, en el cual los patrones tienen el  pésimo gusto de compensar con propinas el salario que no pagan.

Si existe la difusión de derechos, en este caso los laborales, constituye, como lo mencionaba ya, una acción política porque de facto, a pesar de que exista un sistema jurídico, disminuye la posibilidad de que un patrón se presente ante sus trabajadores como algo absoluto con la potestad de hacer y deshacer aprovechando la posición de jerarquía que cualquier relación laboral implica. De tal suerte que, insisto, vale la pena cuestionar si durante nuestro día a día realizamos acciones que benefician o perjudican a algún sector social, porque he ahí nuestra acción política, mucho más allá de un voto, sino en corto… en el día a día. Si la detectamos y beneficia seguirlo haciendo y de lo contrario, tendremos que cuestionar el porqué hacemos las cosas.

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Señales Estratégicas

La Doctora Sheinbaum presenta su gabinete con señales de paridad y profesionalismo, subrayando la importancia de la ciencia y la tecnología en el desarrollo de México.

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Ya se presentó la primera parte de los ilustres personajes que formarán el gabinete de gobierno de la administración de la Doctora Sheinbaum.

Bien las señales, bien por la paridad, bien por los perfiles, pues podemos afirmar que son profesionales en la administración pública. Sin duda, son personas por demás estudiadas, con experiencia, y también creo que dominan los temas del acontecer mundial, la actualidad y el papel que juega México en la orquesta de las naciones.

La primera señal de ésta presentación del gabinete, fue para dar certidumbre fuera de nuestras fronteras. Fue para cerrar la brecha de la especulación, es una señal para decir que continuaremos con el buen desempeño económico y que tenemos la disposición de crear las condiciones favorables necesarias para empezar un nuevo capítulo en los temas económicos.

A mí en lo particular me gusta mucho la señal científica, y creo que es un golpe en la mesa, es una fina demostración de irse deslindando del actual Presidente. Es una fina manera de decirle a él y a todos los mexicanos: a mi si me importa la ciencia y la tecnología como una de las principales herramientas para el desarrollo del país.

Genial la creación de la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, pero ojo: hay que tomar en cuenta la parte administrativa de una decisión de este tipo, pues hay un presupuesto anual de gobierno en donde hoy no existe la nueva institución. A final de año, tendremos la oportunidad de ver cuánto presupuesto le asignan.

Con este nuevo gabinete muchos tenemos esperanza, esperemos que a los flamantes secretarios no les gane el chantaje de AMLO, que nos les gane la grilla, que tengan claridad de entender que es momento de fortalecer las instituciones y que tengan la capacidad de conciliar los intereses encontrados entre los mexicanos.

Black Out

Importantísima fua la reunión del miércoles con el Consejo Coordinador Empresarial.  Señal estratégica, de conciliación, donde el gobierno reconoce el papel del empresariado, y les avisa que hay puertas abiertas.

Me gusta el tono conciliador en las entrevistas y declaraciones de la Presidenta Electa Claudia Sheinbaum y del Presidente de MORENA Mario Delgado. Roguemos por que dejen atrás la política de odio y de choque de AMLO.

Se vale decirle que NO al capricho de la reforma judicial.

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Contar hasta Diez

Tras la victoria, MORENA debe autocrítica y organización. El cambio institucional depende de ellos. Los otros partidos, deben reinventarse y dejar la arrogancia.

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Aunque a MORENA le fue arrasadoramente bien, creo que vale la pena que reflexionen y no se duerman en los laureles de la victoria.

Están en un momento ideal, pues desde su nacimiento toda la planeación y acontecer fue para las batallas electorales en puerta, hoy pueden gozar de la tranquilidad de haber logrado con creces la meta planteada, la meta del poder.

Si me preguntan, yo recomendaría que cuenten hasta diez y entiendan que un movimiento popular no es lo mismo que un partido político. En donde actual presidente es la figura carismática que encabeza el movimiento político que ellos mismo llaman “cuarta trasformación”

A través de los años puedo afirmar que esta figura que encabeza el movimiento fue eficaz y sin duda ya se ganó el mote de líder histórico de algo. La mala noticia es que gobernó unipersonalmente, aprovechando el sistema presidencial mexicano, y también con un criterio poco racional.

Regresando a MORENA, y si me preguntan, es muy importante tener presente la paradoja del sistema presidencial: donde usualmente se pierde la línea/respeto del control del partido y control del gobierno en ambos sentidos.

MORENA tiene que ser sumamente autocritico y ponerse reglas de organización y respetarse a sí mismo. Si dejan que el líder histórico del movimiento meta mano y si dejan que la virtual presidenta meta mano, aparte de la jerarquía que hoy dirige el partido, eso será un caos y acabarán bien peleados, mandando señales equivocadas a sus seguidores.

El detalle está en que el partido debe darse a la tarea de organizarse con toda seriedad, entendiendo su propio ciclo, entendiendo el sistema de partidos, entendiendo su ventaja y no atascarse con el triunfo.

Deben entender que nuestro sistema político está en un momento de franca debilidad institucional y que sus mayorías son parte fundamental del cambio institucional que necesita nuestro país.

Cuenten hasta diez por que el movimiento cumplió su ciclo, hoy son un partido, una institución que puede hacer la tan anhelada diferencia.

Black out

Los otros partidos deben aprender a administrar la derrota, deben urgentemente reinventarse y dejar de tomar decisiones al vapor, sacudirse la maldita arrogancia y la maldita ambición de poder.

Por favor, que la discusión de la reforma judicial no sea atole con el dedo.

Tengo la ilusión de que el nuevo gabinete que conducirá al país sea de perfiles extraordinarios, con experiencia, ciudadanos conciliadores y leales a la presidenta y al país.

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