¿Cuántas veces nos hemos encontrado en un laberinto sin salida; en donde pensamos que hagamos lo que hagamos no se solucionará, y que tampoco cambiarán las circunstancias o situaciones que estamos viviendo? Sucede que cuando somos pesimistas nos sentimos prisioneros en una condena permanente y no nos damos la oportunidad de pensar que esto que estamos viviendo pasará.
Por momentos hemos deseado que alguien llegue y nos arregle la vida con una varita mágica, que nos resuelva una situación que no sabemos cómo enfrentar; por ejemplo, un problema con nuestra pareja, nuestros hijos, vecinos o en el trabajo.
Pensar en una solución a veces es casi imposible porque nos encontramos confundidos con nuestros pensamientos, que están dando vueltas y vueltas al problema, en algunas ocasiones acompañados de reproches hacia nosotros mismos o hacia los demás. Nos preguntamos, ¿qué hice mal ? ¿por qué a mí? Y con estas preguntas damos por hecho que esto que nos pasa no lo merecíamos siendo víctimas de las circunstancias o de las personas; ser víctima te hace sentir vulnerable e indefenso.
De pronto quisiéramos que el mundo se acomodara a nuestras necesidades y deseos pensando que de esta forma todo marchará bien, y nos olvidamos de que quienes nos rodean también tienen sentimientos, decisiones, deseos propios, y entonces nos confundimos pensando que nadie nos comprende y olvidamos comprender antes de ser comprendidos.
A menudo no nos permitimos escuchar otros puntos de vista, porque eso podría cambiarnos, y no queremos dejar de ser víctimas de las circunstancias; no queremos dejar de culpar al otro, a Dios, o a la vida, porque si dejo de culpar, me tengo que hacer responsable de mis propios sentimientos, emociones y conductas. Si pienso esto no lo merecía, me quedaré atrapado en un periodo de mi vida y quizás por mucho tiempo sin resolver o entender que me pasa, y eso podría dañarme emocionalmente. De aquí la importancia de escucharnos, sentirnos, aceptarnos y conocernos sin temor.
Con frecuencia nuestros pensamientos se vuelven un torbellino, perdiéndonos en lo que verdaderamente sentimos, en esas sensaciones que tenemos en el cuerpo y que la mayoría de las veces queremos no sentir, como el dolor, la tristeza, el miedo, la angustia, enojo, etcétera.
Cuando le permitimos al cuerpo esas sensaciones, estamos dando la oportunidad a resolver aquello que no entendemos, nuestro cuerpo tiene la sabiduría para remediar, pero desconfiamos y no creemos de lo que somos capaces de hacer para solucionar. Si nos damos la oportunidad de aceptar estas sensaciones en el cuerpo sobre las emociones que en ese momento nos embargan, esas sensaciones desaparecerán y permitirán que llegue una solución a nuestra mente, se tiene que confiar en la sabiduría organísmica y actuar para resolver.
Comencemos por parar; dejar de pensar, y pensar, y pensar en cómo lo arreglaré porque quizás tendremos nuevamente miles de respuestas que nos volverán a confundir.
Detente, y concéntrate en sentir y escuchar tu cuerpo, siéntate y dedícale unos segundos a lo que estas concibiendo, enfócate en esa parte y pregúntate, ¿por qué estoy sintiendo lo que estoy sintiendo?, quédate callado esperando la respuesta que tu mente tiene para ti.
Sucede a menudo que cuando encontramos lo que nos preocupa la sensación molesta desaparece, comprendemos lo que es y tan pronto conocemos cuál es el problema, podemos encontrar la respuesta.
Es obvio que no tenemos la oportunidad de hallar ninguna solución mientras no conozcamos qué nos preocupa.
Recuerdo cuando tenía que hacer una presentación por la mañana, cuando desperté sentía en mi cuerpo una molestia, me quedé en la cama y me pregunte, ¿qué me estaba pasando?, ¿porque me sentía así? Permanecí unos minutos sintiendo esa sensación, aceptándola, y la respuesta fue miedo; miedo a ser juzgada, a no ser reconocida, miedo a que algo saliera mal.
Me quedé solo sintiendo, sin pensar, sin pelear con esa sensación, y la respuesta llegó a mi mente: levántate y enfrenta, atraviesa el miedo. Al darme la oportunidad de sentir la emoción en mi cuerpo, desapareció el temor y me permitió sentirme diferente para enfrentar esa situación de presentarme ante un público. ¿Cuántas veces nos detenemos y dejamos de hacer cosas por miedo? Identificar aquello que te tiene bloqueado permitirá que tu pensamiento cambie, que sea distinto a lo que no te permitía avanzar; si no se clarifica el sentimiento, no será posible tomar decisiones correctas.
“La emoción que constituye sufrimiento deja de serlo tan pronto como nos formamos una idea clara y precisa del mismo” (Ética de Espinoza).
La decisión nunca estará bien hecha mientras haya sentimientos no resueltos, por lo que el resultado en muchos casos puede ser que estemos viviendo con rigidez, tensión, estrés, control. Cuando no podemos expresar los sentimientos se corre el riesgo de que causen daño en nuestra mente y en nuestro cuerpo.
Hagamos un ejercicio que nos permita tomar le mejor decisión posible y no esperar que alguien venga y que con una varita mágica nos arregle la vida.
El objetivo es encontrar por qué me siento como me siento y el cómo de esa no unificación entre pensar, sentir, y actuar, me permite no resolver y no tener una vida tranquila.
A continuación te comparto una meditación que te permitirá reconocer tus emociones a partir de enfocarte en la sensación que tienes en el cuerpo, practicarla con constancia te permitirá comprenderte y conocerte más a ti mismo.
Para Gendlin (1999) Cuando un individuo expresa con precisión por primera vez cómo se encuentra, justamente entonces y precisamente al hacerlo ya no se siente de ese modo. La exactitud que él sentía tan profundamente –la producción, físicamente sentida, de las palabras que sentía ser las exactamente correctas- ese preciso sentimiento es el sentimiento de cambio, de resolución, de experienciar el avance, el subir un nuevo escalón.
Toda resolución y decisión que tomes debe de ser ecológica, no debe dañarte a ti, ni a los demás.
En conclusión: Regresemos a nosotros mismos, a nuestra interioridad permitiéndonos aceptar las sensaciones y emociones que nos embargan, y no poner la responsabilidad de lo que nos pasa en otras personas, cosas o eventos.
GENDLIN, E. (1999): El focusing en psicoterapia. Manual del método experiencial.
Norma Guzmán es master en terapia breve estratégica y desarrollo humano, y doctorante en desarrollo humano por la Universidad Motolinía del Pedregal.
Ha sido docente en los niveles media superior y superior, destaca su desempeño en la Universidad Motolinía del Pedregal y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su experiencia profesional también se ha desarrollado como conferencista, capacitadora y psicoterapeuta en diversos ámbitos vinculados con instituciones sociales y educativas en México; así como en el sector privado.
El 25N y los 16 días de activismo son un llamado a la acción global y un recordatorio de que la violencia contra la mujer está presente todos los días.
Durante los 16 días de activismo en contra de la violencia hacia la mujer, el 25N no es solo una fecha en el calendario en donde nos vestimos de naranja para hacer purple washing y pasamos la página y esperamos al siguiente año para repetir, es más bien, un llamado a la acción global y un recordatorio de que la violencia contra la mujer está presente todos los días y no es solo física, sino que atraviesa todas las formas y que puede ser también psicológica y que es estructural. La invisibilidad de muchos casos subraya la necesidad de elevar la conciencia pública y abogar por cambios sistémicos que aborden las raíces profundas de esta violencia arraigada.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de noviembre de 2022 a octubre de 2023, a nivel nacional se iniciaron 848 carpetas de investigación por feminicidio, es decir, una carpeta por cada 100 mil mujeres, 96 de las cuales están siendo revisadas en la Ciudad de México.
Además, de acuerdo con datos del INEGI, en 2021, 41.8 % de las mujeres de 15 años y más manifestó haber vivido alguna situación de violencia en su infancia (antes de cumplir 15 años). En 2022, según datos de esta misma fuente y de acuerdo con datos de las Fiscalías Generales de Justicia estatales, el delito de violación registró su máximo en el grupo de 10 a 14 años y ocurrió 4.7 veces más en niñas que en niños de esta edad, con 4 197 y 884 casos, respectivamente, y 33.6 % de niñas y adolescentes de 12 a 17 años que usaron internet o celular, entre julio 2021 y agosto 2022, recibió fotos o videos de contenido sexual y a 32.3 % le hicieron insinuaciones o propuestas de ese tipo, frente a 18.2 y 12.0 % de niños y adolescentes hombres.
Si ponemos esta información en contexto, es importante resaltar que las mujeres, niñas y adolescentes se han convertido en una cifra común, sumado a la intervención de las fiscalías, la necesidad de capacitar con perspectiva de género en atención primaria a víctimas y una serie de acciones transversales necesarias para erradicar la violencia contra la mujer implica un compromiso colectivo. Desde la educación que desafía estereotipos de género hasta el fortalecimiento de leyes que protegen a las víctimas y la correcta aplicación de estas. Sin embargo, también debemos abordar la cultura que perpetúa estos comportamientos, fomentar el respeto y la igualdad en todos los niveles de la sociedad y comienza en nuestros entornos.
Descifrar los machismos cotidianos: grietas en la igualdad.
En el tejido de la vida diaria, los machismos se infiltran de manera sutil pero impactante y perpetúan desigualdades de género. Empezamos por un lenguaje que construye barreras y que desde expresiones aparentemente inofensivas hasta comentarios despectivos, perpetúa estereotipos de género. Descripciones que limitan a las mujeres a roles específicos o que refuerzan la masculinidad tóxica.
Además, en muchos hogares, persiste la asignación desigual de tareas domésticas basada en el género. Este machismo cotidiano refleja y refuerza roles tradicionales, mantiene la idea de que ciertas responsabilidades son inherentemente femeninas o masculinas, y limita las opciones y oportunidades para ambos géneros.
Por otro lado, la presión para que los hombres repriman sus emociones es un machismo arraigado que afecta la salud mental y contribuye a relaciones menos saludables. Romper con esta expectativa cultural es esencial para construir conexiones más genuinas y eliminar este estigma asociado y construya nuevas masculinidades.
Por si fuera poco, los medios de comunicación desempeñan un papel crucial en la formación de percepciones culturales. La representación sesgada de género refuerza estereotipos y normas nocivas. La exposición constante a estas imágenes contribuye a la interiorización de roles de género limitados y a menudo perjudiciales.
Desafiar los machismos cotidianos, reconocer y abordarlos no es solo responsabilidad de unos pocos, sino un compromiso colectivo. Desde el fomento de la educación de género hasta la promoción de entornos laborales equitativos, promover un sistema de cuidados, acceso a oportunidades que no vulneren los derechos, y cada acción cuenta en la construcción de una sociedad donde todas las personas disfruten de derechos y oportunidades iguales.
En última instancia, desentrañar los machismos cotidianos es esencial para crear un futuro donde la igualdad de género no sea solo una aspiración, sino una realidad arraigada en nuestras interacciones diarias y en la estructura misma de nuestra sociedad y tenemos la responsabilidad de construirlo para nuestras futuras generaciones.
El 25N y los 16 días de activismo es más que una conmemoración; es un recordatorio de la tarea pendiente en la lucha contra la violencia de género. Al desafiar los machismos cotidianos y abogar por un cambio cultural, podemos construir un mundo donde todas las mujeres vivamos libres de miedo y libres de violencia.
La elección de un presidente de ultraderecha como Javier Milei podría representar un cambio significativo, también plantea riesgos económicos considerables que deben ser gestionados con precaución para evitar consecuencias negativas a largo plazo para la estabilidad y el desarrollo de Argentina y de paso para America Latina.
En la elección de un presidente de ultraderecha como Javier Milei en Argentina, se vislumbran riesgos económicos significativos. Aunque algunos pueden ver su llegada como un cambio necesario, es imperativo considerar los posibles impactos en la estabilidad económica del país.
Uno de los riesgos más inmediatos es la incertidumbre política que suele acompañar a líderes de este perfil. La retórica polarizante y las posturas radicales pueden generar tensiones tanto a nivel nacional como internacional, afectando la confianza de los inversores y desencadenando volatilidad en los mercados financieros.
Foto: rutlandherald
Además, las políticas económicas propuestas por líderes de ultraderecha a menudo incluyen medidas drásticas de reducción del gasto público y la eliminación de subsidios. Aunque estas medidas pueden ser populares entre ciertos sectores, también podrían llevar a recortes abruptos en servicios sociales, generando malestar social y descontento.
Otro riesgo potencial radica en la relación con organismos internacionales y la posibilidad de aislamiento diplomático. Las políticas extremas pueden chocar con las expectativas y normas internacionales, afectando las relaciones comerciales y la capacidad de acceder a financiamiento externo, lo cual es crucial para una economía en desarrollo como la argentina.
Foto: AP
Adicionalmente, la gestión de la deuda, ya preocupante en el contexto argentino, podría agravarse. La falta de pragmatismo en las negociaciones con acreedores internacionales podría conducir a escenarios de impago, con consecuencias negativas para la percepción crediticia del país y el acceso a los mercados financieros internacionales.
Por último, la vulnerabilidad de la economía argentina a las fluctuaciones en los precios de las materias primas y la dependencia de sectores específicos podrían exacerbarse. Las políticas de ultraderecha a menudo no favorecen la diversificación económica, lo que podría dejar al país expuesto a shocks externos y limitar su capacidad de recuperación.
(Infobae)
En resumen queridos lectores y como dice el dicho… ver para creer, porque aunque la elección de un presidente de ultraderecha comoJavier Milei podría representar un cambio significativo, también plantea riesgos económicos considerables que deben ser gestionados con precaución para evitar consecuencias negativas a largo plazo para la estabilidad y el desarrollo de Argentina y de paso para America Latina, ya que de no hacerlo podrian caer en lo que el Presidente Andres Manuel denomino como un AUTOGOL.
En el torbellino económico desatado por el huracán Otis en Acapulco, Guerrero, es imperativo entender cómo una modesta tormenta tropical se transformó en un colosal huracán categoría 5. Los factores climatológicos, desde temperaturas del mar inusualmente cálidas hasta condiciones atmosféricas propicias, desencadenaron este fenómeno devastador.
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La transición de tormenta a huracán fue rápida y feroz. Las aguas cálidas del Pacífico proporcionaron la energía necesaria para alimentar su intensificación. Las masas de aire inestables se convirtieron en el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo, mientras la rotación de la Tierra proporcionaba el giro necesario. A medida que Otis se fortaleció, sus vientos alcanzaron velocidades descomunales, escalando categorías hasta alcanzar la máxima potencia.
La economía local, ya afectada por la pandemia, sufrió un golpe devastador. Hoteles, resorts y comercios, pilares de la industria turística, quedaron en ruinas. La reconstrucción será un proceso arduo, pero existen tres sugerencias cruciales para que la población se recupere económicamente:
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Diversificación económica: La dependencia excesiva del turismo deja a la región vulnerable ante desastres naturales. Invertir en sectores diversos, como la agricultura, la tecnología o la manufactura, puede proporcionar una red de seguridad financiera más sólida.
Resiliencia empresarial: Fomentar la resistencia de las empresas mediante seguros adecuados y prácticas comerciales sólidas. La planificación de contingencias y la adopción de tecnologías que faciliten la continuidad del negocio son esenciales para enfrentar eventos imprevistos como el huracán Otis.
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Desarrollo sostenible: Reconstruir con una mentalidad sostenible no solo fortalece las estructuras frente a futuros desastres, sino que también atrae a inversionistas conscientes. La adopción de prácticas ecológicas y la inversión en energías renovables pueden impulsar la recuperación económica a largo plazo.
En la tragedia de Otis, la lección económica es clara: la preparación, la diversificación y la sostenibilidad son los cimientos sobre los cuales se construye la resiliencia económica. Solo con un enfoque integral, la costa de Acapulco podrá renacer de las ruinas y forjar un futuro más resistente.