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#Opinión

Arréglame la vida

A veces deseamos que alguien nos arregle la vida con una varita mágica; que nos resuelva situaciones que no sabemos cómo enfrentar.

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¿Cuántas veces nos hemos encontrado en un laberinto sin salida; en donde pensamos que hagamos lo que hagamos no se solucionará, y que tampoco cambiarán las circunstancias o situaciones que estamos viviendo? Sucede que cuando somos pesimistas nos sentimos prisioneros en una condena permanente y no nos damos la oportunidad de pensar que esto que estamos viviendo pasará.

Por momentos hemos deseado que alguien llegue y nos arregle la vida con una varita mágica, que nos resuelva una situación que no sabemos cómo enfrentar; por ejemplo, un problema con nuestra pareja, nuestros hijos, vecinos o en el trabajo.

Pensar en una solución a veces es casi imposible porque nos encontramos confundidos con nuestros pensamientos, que están dando vueltas y vueltas al problema, en algunas ocasiones acompañados de reproches hacia nosotros mismos o hacia los demás. Nos preguntamos, ¿qué hice mal ? ¿por qué a mí? Y con estas preguntas damos por hecho que esto que nos pasa no lo merecíamos siendo víctimas de las circunstancias o de las personas; ser víctima te hace sentir vulnerable e indefenso.

The Plague of Confusion in the Industrial IoT

De pronto quisiéramos que el mundo se acomodara a nuestras necesidades y deseos pensando que de esta forma todo marchará bien, y nos olvidamos de que quienes nos rodean también tienen sentimientos, decisiones, deseos propios, y entonces nos confundimos pensando que nadie nos comprende y olvidamos comprender antes de ser comprendidos.

A menudo no nos permitimos escuchar otros puntos de vista, porque eso podría cambiarnos, y no queremos dejar de ser víctimas de las circunstancias; no queremos dejar de culpar al otro, a Dios, o a la vida, porque si dejo de culpar, me tengo que hacer responsable de mis propios sentimientos, emociones y conductas. Si pienso esto no lo merecía, me quedaré atrapado en un periodo de mi vida y quizás por mucho tiempo sin resolver o entender que me pasa, y eso podría dañarme emocionalmente. De aquí la importancia de escucharnos, sentirnos, aceptarnos y conocernos sin temor.

Con frecuencia nuestros pensamientos se vuelven un torbellino, perdiéndonos en lo que verdaderamente sentimos, en esas sensaciones que tenemos en el cuerpo y que la mayoría de las veces queremos no sentir, como el dolor, la tristeza, el miedo, la angustia, enojo, etcétera.

Cuando le permitimos al cuerpo esas sensaciones, estamos dando la oportunidad a resolver aquello que no entendemos, nuestro cuerpo tiene la sabiduría para remediar, pero desconfiamos y no creemos de lo que somos capaces de hacer para solucionar. Si nos damos la oportunidad de aceptar estas sensaciones en el cuerpo sobre las emociones que en ese momento nos embargan, esas sensaciones desaparecerán y permitirán que llegue una solución a nuestra mente, se tiene que confiar en la sabiduría organísmica y actuar para resolver.

Pensamiento: Concepto, tipos y ciencias que lo estudian

Comencemos por parar; dejar de pensar, y pensar, y pensar en cómo lo arreglaré porque quizás tendremos nuevamente miles de respuestas que nos volverán a confundir.

Detente, y concéntrate en sentir y escuchar tu cuerpo, siéntate y dedícale unos segundos a lo que estas concibiendo, enfócate en esa parte y pregúntate, ¿por qué estoy sintiendo lo que estoy sintiendo?, quédate callado esperando la respuesta que tu mente tiene para ti.

Sucede a menudo que cuando encontramos lo que nos preocupa la sensación molesta desaparece, comprendemos lo que es y tan pronto conocemos cuál es el problema, podemos encontrar la respuesta.

Emociones básicas y psicología

Es obvio que no tenemos la oportunidad de hallar ninguna solución mientras no conozcamos qué nos preocupa.

Recuerdo cuando tenía que hacer una presentación por la mañana, cuando desperté sentía en mi cuerpo una molestia, me quedé en la cama y me pregunte, ¿qué me estaba pasando?, ¿porque me sentía así? Permanecí unos minutos sintiendo esa sensación, aceptándola, y la respuesta fue miedo; miedo a ser juzgada, a no ser reconocida, miedo a que algo saliera mal.

Me quedé solo sintiendo, sin pensar, sin pelear con esa sensación, y  la respuesta llegó a mi mente: levántate y enfrenta, atraviesa el miedo. Al darme la oportunidad de sentir la emoción  en mi cuerpo, desapareció el temor  y me permitió sentirme diferente para enfrentar esa situación de presentarme ante un público. ¿Cuántas veces nos detenemos y dejamos de hacer cosas por miedo? Identificar aquello que te tiene bloqueado permitirá que tu pensamiento cambie, que sea distinto a lo que no te permitía avanzar; si no se clarifica el sentimiento, no será posible tomar decisiones correctas.

“La emoción que constituye sufrimiento deja de serlo tan pronto como nos formamos una idea clara y precisa del mismo” (Ética de Espinoza).

La decisión nunca estará bien hecha mientras haya sentimientos no resueltos, por lo que el resultado en muchos casos puede ser que estemos viviendo con rigidez, tensión, estrés, control. Cuando no podemos expresar los sentimientos se corre el riesgo de que causen daño en nuestra mente y en nuestro cuerpo.

Hagamos un ejercicio que nos permita tomar le mejor decisión posible y no esperar que alguien venga y que con una varita mágica nos arregle la vida.

El objetivo es encontrar por qué me siento como me siento y el cómo de esa no unificación entre pensar, sentir, y actuar, me permite no resolver y no tener una vida tranquila.

A continuación te comparto una meditación que te permitirá reconocer tus emociones a partir de enfocarte en la sensación que tienes en el cuerpo, practicarla con constancia te permitirá comprenderte y conocerte más a ti mismo.

Para Gendlin (1999) Cuando un individuo expresa con precisión por primera vez cómo se encuentra, justamente entonces y precisamente al hacerlo ya no se siente de ese modo. La exactitud que él sentía tan profundamente –la producción, físicamente sentida, de las palabras que sentía ser las exactamente correctas- ese preciso sentimiento es el sentimiento de cambio, de resolución, de experienciar el avance, el subir un nuevo escalón.

Toda resolución y decisión que tomes debe de ser ecológica, no debe dañarte a ti, ni a los demás.

En conclusión: Regresemos a nosotros mismos, a nuestra interioridad permitiéndonos aceptar las sensaciones y emociones que nos embargan, y no poner la responsabilidad de lo que nos pasa en otras personas, cosas  o eventos.

 

GENDLIN, E. (1999): El focusing en psicoterapia. Manual del método experiencial.

Barcelona: Paidós

Norma Guzmán es master en terapia breve estratégica y desarrollo humano, y doctorante en desarrollo humano por la Universidad Motolinía del Pedregal. Ha sido docente en los niveles media superior y superior, destaca su desempeño en la Universidad Motolinía del Pedregal y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su experiencia profesional también se ha desarrollado como conferencista, capacitadora y psicoterapeuta en diversos ámbitos vinculados con instituciones sociales y educativas en México; así como en el sector privado.

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Segundo debate: sin sorpresas

“En los debates, el entretenimiento supera a las propuestas. Es tiempo de abordar la economía y el cambio climático con seriedad.”

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Después de casi dos años de campañas anticipadas, estamos a poco más de un mes de finalmente tener elecciones presidenciales y a juzgar por las encuestas, las cosas se han movido poco. El pasado domingo tuvimos el segundo debate entre las candidaturas por la presidencia donde presenciamos, de nuevo, ataques y pocas propuestas.

Los debates han sido romantizados como un ejercicio democrático para hablar de propuestas, sin embargo, hemos visto reiteradamente que de eso se habla poco y prevalecen los ataques. Los debates son momentos mediáticos en donde no vale la pena gastar el tiempo a detalle hablando de cómo podrán llevar a cabo X o Y acción, sino para aprovechar el reflector para mostrar quiénes son y demostrar tanto la capacidad de articular ideas como de improvisar.

A los espectadores nos gusta que nos entretengan, y los ataques ingeniosos generan interés. Demasiado ataque, sin embargo, nos aburre. Saber mantener el interés de los escuchas radica en mantenerse en ese sweet spot. Hasta ahora, en ninguno de los debates de esta contienda electoral se ha logrado llegar a ese punto.

En el segundo debate se abordó la economía, uno de los temas que siempre han estado en el top of mind del electorado (“it’s the economy, stupid”). Este sexenio, pese a decisiones cuestionables por parte del Ejecutivo, el crecimiento económico se mantuvo estable, aunque modesto, subió el salario mínimo (lo cual ayudó a mitigar la pobreza extrema), y no hubo excesivo endeudamiento. Sin embargo, la inflación fue una constante que disminuyó la calidad de vida de las mexicanas y mexicanos.

Claudia tuvo bastante material para defender al gobierno actual, sin embargo, se perdió un poco al vérsele descolocada ante los ataques de Xóchitl.  A Jorge Álvarez Máynez se le vio articulado y con buenas ideas, como el que sabe que sale a no perder nada. Todos se dirigieron a hablarle a su público, dándoles lo que quieren oír, ninguno buscó salir a convencer a los indecisos.

Ayer en el debate, el gran tema ignorado fue la sostenibilidad y el cambio climático. Ninguna de las candidaturas habló de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ni de la Agenda 2030: un atraso que tendrá que enfrentar con urgencia la persona que gane la contienda del 2 de junio.

Para hablar de nearshoring (termino que todas las candidaturas han usado hasta el cansancio) hay que hablar de sostenibilidad. Por citar un ejemplo, sería importante abordar la necesidad de contar con energías suficientes, asequibles y sostenibles para la industria. Sin embargo, este fue un tema olvidado en este sexenio y del cual no hablan con suficiente fuerza ni Xóchitl (una Senadora que fue muy crítica de la política energética de este gobierno), ni Claudia (quien en su gobierno impulsó proyectos de energía solar en la Central de Abastos y ha abordado el cambio climático desde la academia). ¿En qué momento nos tocará atender un tema que ya lleva un atraso de varios años?

La sequía, la escasez de agua, los veranos más calurosos e inviernos más fríos, así como los fenómenos naturales inusuales no han sido suficientes para que los políticos hagan su tarea. Tampoco, al parecer, lo han logrado las demandas ciudadanas. Será necesario que la próxima presidencia se enfoque urgentemente en generar un crecimiento económico sustentable, asequible y que no deje a nadie atrás, independientemente de que eso les genere rating o no.

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Ecuador, Irán y la inmunidad diplomática

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El respeto a la inmunidad diplómatica tanto de los espacios físicos cómo del personal de las embajadas, velada en la Convención de Viena, ha sido regulada desde 1963 en el marco internacional en donde 190 estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas y observadores permanentes como Palestina y la Santa Sede, se adscribieron a ella.

Sin embargo en una sola semana, dos gobiernos, ambos democracias establecidas, han sido acusadas de violar las leyes para misiones extranjeras. Por un lado el 1º de abril, la embajada de Irán en Damasco fue bombardeada, al parecer por Israel, matando a varios comandantes de alto rango de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica en Irán.

Por otro lado, a la par de haber declarado persona non grata a la Embajadora de México, Raquel Serur, el 5 de abril, la policía ecuatoriana entró a la embajada de México en Quito por la fuerza, para detener al ex vicepresidente de Ecuador Jorge Glas, quien solicitaba asilo político.

Ambas acciones han dado lugar a denuncias de violaciones al derecho internacional y los preceptos emanados de la Convención de Viena, han sido sujetas de diversas condenas internacionales y se han prestado a interpretaciones a la ley pero, sobre todo, sientan un precedente histórico que es preocupante en toda la extensión.

Los dos incidentes son graves, sin embargo en el caso de Irán, el incidente es más grave porque implicó la perdida de vidas humanas, y mientras que Israel argumentó que la residencia del embajador iraní no era realmente una sede diplomática sino un edificio civil disfrazado y un objetivo legítimo, el pasado 13 de abril, una represalia por parte del gobierno iraní, quien incursionó un ataque con drones de la misma magnitud que los ataques rusos contra Ucrania en bases regulares, suscitó la inmediata intervención de las fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña y urgió a una reunión de los países miembros del G7, quienes condenando el ataque, advirtieron medidas inmediatas y conminaron a ambas partes a un ejercicio de contención.

En el caso de Ecuador y México, el centro de la disputa diplomática es el vicepresidente Glas, quien cumplió desde 2017 una condena de 4 años por corrupción y enfrenta un juicio por diferentes cargos, lo que motivó en diciembre de 2023, una solicitud de asilo político que México aceptó.

Esto desencadenó que Ecuador enviara policías a la embajada de México con la justificación de que Glas no puede recibir asilo por ser un delincuente convicto y si bien, dicha afirmación se encuentra en la Convención sobre el Derecho de Asilo de 1954 de la Organización de Estados Americanos, el artículo 21 de la Convención de Viena establece que las misiones diplomáticas gozan de plena inmunidad y extraterritorialidad, es decir, el gobierno no tiene derecho a entrar a la embajada.

Ecuador argumenta que México abusó de su inmunidad diplomática, por lo que no quedó más remedio que enviar a la policía, y Daniel Noboa, presidente de Ecuador en declaraciones hechas esta semana, confirmó que pese a las condenas internacionales, no se arrepiente de la intervención.

La reacción internacional ante las violaciones en dichas embajadas fue laxa, pero sienta un precedente que erosiona los preceptos del derecho a la inmunidad diplomática en un momento geopolítico intenso y hará que la diplomacia y su ejercicio sea cada vez más compleja.

 

 

 

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Debates, discursos y realidades

Valdría la pena, por lo menos en nuestro país, hacer un ejercicio de consciencia en donde las y los autoproclamados ganadores de debates, presentes y futuros, hablaran menos y escucharan más.

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Uno de los referentes entre las juventudes estadounidenses en las elecciones del 2016 fue Bernie Sanders. Su visión socialdemócrata antiestablishment atrajo a nuevos votantes, fortaleció sus bases y acerco a miles de entusiastas alrededor de su campaña y sus propuestas, y quien, pese a no obtener la nominación, se convirtió en un fenómeno político estudiado a la larga e incluso replicado.

Este fenómeno fue el principio marcado de un sentimiento que ha crecido a lo largo de los años alrededor del globo, ya no solo con las juventudes, sino con el grueso de los votantes (que si votan, hay que decir) y ha colocado en la presidencia a personajes completamente controversiales como Bukele en El Salvador o recientemente a Milei en Argentina, llevando a los países a extremas contrarias.

Este fenómeno lo hemos visto repitiéndose en ciclos en donde las personalidades más sagaces traen las “propuestas políticas” más innovadoras en un momento de cansancio social, dan un respiro o un golpe de timón a lo que parece ya marcado en el libreto del quehacer político: mismas propuestas con diferentes nombres, ataques feroces de errores y señalizaciones por corrupción y una innumerable cantidad de deseos como carta de Santa Claus, irrealizables nada más por el solo hecho de que son estructuralmente imposibles o porque son totalmente inútiles.

Este fenómeno no surge de un momento político, sino de una enorme falta de oído. Los políticos de siempre parecen saber de cierto que necesitan sus electores sin siquiera escucharles o ya de perdida, mostrar un poco ya no de empatía, de simpatía y seriedad.

La construcción democrática, esa que avizoramos a largo plazo como un cambio transfornacional, va mucho más allá de fenómenos y promesas momentáneas. Estamos avanzando a un momento político transicional en el que las agendas tienen que ser robustas, realistas, claras y con rumbo, ajustadas a estas nuevas realidades locales, nacionales e internacionales. Ajustadas a los problemas y necesidades actuales y los que son inminentes en un futuro (no es una caja de pandora, menos una china).

El secreto oculto sin embargo está en que estas buenas propuestas y agendas, que existen, no necesariamente son traducidas de manera eficaz, ya sea por la efervescencia política casi agotadora a la que estamos sometidos todos los días, ya sea porque hay que ganar la elección. Entonces, ¿cómo podrán las y los candidatos entender las necesidades para que las personas emitan un voto pensado en propuestas?, ¿les conviene?

Valdría la pena, por lo menos en nuestro país, hacer un ejercicio de consciencia en donde las y los autoproclamados ganadores de debates, presentes y futuros, hablaran menos y escucharan más. Y que en esos futuros debates, fueran justamente esas agendas, esas propuestas y esos proyectos, tan necesarios, los ganadores.

 

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