Aunque, por su avanzada edad y delicado estado de salud, sabíamos que podía suceder en cualquier momento, el fallecimiento del papa Francisco —a los 88 años de edad y tras 12 años de pontificado— tomó al mundo por sorpresa. Apenas el domingo lo vimos dar la bendición Urbi et Orbi por la Pascua y recorrer la Plaza de San Pedro en el papamóvil.

…dar la bendición Urbi et Orbi por la Pascua y recorrer la Plaza de San Pedro en el papamóvil.
Jorge Mario Bergoglio fue un papa singular dentro de la institución más conservadora del planeta. Jesuita —lo cual ya implicaba una dosis de rebeldía dentro de la Iglesia—, pertenecía a una orden de educadores austeros, cercanos a los jóvenes y con una visión libre de la relación con Dios, sin necesidad de intermediarios (característica que les valió la expulsión de España y sus colonias en 1767).
Fiel a los principios de su congregación, Bergoglio imprimió un sello progresista en su papado. Promovió la inclusión de minorías, dio pasos —minúsculos pero significativos— hacia el empoderamiento de las mujeres dentro de la Iglesia, mostró apertura hacia personas con diversas orientaciones sexuales, enfrentó los casos de pederastia y renunció a la ostentación típica del papado. Eligió el nombre de Francisco en honor al santo patrono de los pobres y los animales, marcando desde el inicio su intención de encabezar una Iglesia más humilde y cercana a los desfavorecidos.

“Eligió el nombre de Francisco en honor al santo patrono de los pobres y los animales…
Durante siglos, la Iglesia católica fue una de las instituciones más poderosas del mundo. En 1622, bajo el papado de Gregorio XV,

…el 78 % de la población se identifica como católica, pero la mayoría lo hace por tradición o crianza…
fundó la Sacra Congregatio de Propaganda Fide (Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe) como respuesta al avance del protestantismo en Europa y a una rápida pérdida de fieles. Desde entonces, ha desplegado grandes esfuerzos para conservar adeptos. Sin embargo, aunque en el siglo XXI la espiritualidad ha crecido entre las personas, no lo ha hecho a través de la fe católica. Frente a un mundo incierto que plantea nuevas preguntas, la Iglesia ya no tiene todas las respuestas. En México, por ejemplo, el 78 % de la población se identifica como católica, pero la mayoría lo hace por tradición o crianza; pocos son practicantes asiduos.
Después del carismático Juan Pablo II —quien internacionalizó el papado con sus múltiples giras— y del teólogo Joseph Ratzinger —más intelectual y reservado—, Francisco representó un viraje. Conectó con las nuevas generaciones al hablar sin ambigüedades: condenó la violencia contra las mujeres, denunció la injusticia de las guerras (particularmente la de Palestina en los últimos días), pidió abrir las puertas a las personas migrantes, y abogó por una Iglesia sin discriminación por raza, edad ni orientación sexual. Llamó a los fieles a ser generosos y solidarios con los más pobres.
Su agenda contrastó radicalmente con el giro conservador que ha tomado buena parte del liderazgo mundial. Por ello, fue tildado de “comunista” o “demasiado progre” por figuras y sectores afines a líderes como Trump, Meloni, Milei, Bukele o Novoa. Con su muerte, el mundo católico enfrenta ahora un nuevo dilema: ¿seguirá el próximo pontífice el camino de apertura de Francisco, o se impondrá una visión más alineada con la derecha política global?
Resulta simbólico que su último acto público haya sido una reunión con J.D. Vance, vicepresidente de Estados Unidos. Ojalá haya podido sembrar algo de sus valores en quien representa una parte del futuro político del mundo.
Descanse en paz Jorge Mario Bergoglio, Su Santidad Francisco. El papa que, con humildad, intentó reconciliar la fe con el siglo XXI.

Descanse en paz Jorge Mario Bergoglio…