El bienestar económico del sexenio más allá de los programas sociales
La toma de protesta de Claudia Sheinbaum trae consigo la importancia de un gobierno comprometido con la riqueza y el bienestar, guiado por el desarrollo humano y la ampliación de derechos sociales en México.
Este 1° de octubre tuvo lugar la sucesión presidencial y la toma de protesta de la Presidenta Dra. Claudia Sheinbaum Pardo. Este acontecimiento marca una renovación política que conlleva también una renovación o continuación del proyecto económico del gobierno antecesor.
Toma de protesta de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
México es considerado una de las veinte potencias globales, generando una parte importante del PIB mundial a través de sus actividades económicas y de intercambio. Esta posición suscita cuestionamientos sobre el impacto que tendrán las políticas públicas en la generación y distribución de la riqueza, y también sobre cómo el ejercicio del Poder Público influye en los agentes económicos para invertir, intercambiar y fomentar el empleo.
La riqueza de una nación reside igualmente en las estructuras de sostén que permiten a sus habitantes acceder a derechos, mejorar sus condiciones de vida y promover el bienestar. Tanto la riqueza como el bienestar dependen en gran medida del ejercicio del poder.
Políticas públicas y desarrollo social del país
Es ineludible reconocer que los gobiernos juegan un papel crucial en la producción de riqueza; y aún más importante, en cómo el bienestar es tutelado y garantizado por las instituciones del Estado. Este debería ser el verdadero compromiso de los gobiernos con los Derechos Humanos.
El desarrollo humano, como categoría política-económica, debe guiar a los representantes en la formulación de directrices durante el sexenio. No basta con ver los programas sociales como un instrumento de combate contra la desigualdad, ya que estos son instrumentos temporales que, aunque bien ejecutados, solo abordan una pequeña parte de la desigualdad o la pobreza, y nunca son progresivos por sí mismos.
Derechos humanos y bienestar social.
La verdadera lucha contra la pobreza y la desigualdad radica en construir andamiajes jurídicos que obliguen a las autoridades a ampliar y optimizar los derechos, dentro de sus capacidades, construyendo instituciones para el futuro. Si se busca que este sexenio sea exitoso y próspero para todas y todos, lo primero es hacer valer la tan anhelada agenda de Derechos Sociales, que hasta ahora siguen siendo solo normas de papel.