Cuidad de México | 24 de octubre de 2022. | Redacción.-
En Tepito fue un domingo normal.
Pese a que el Gobierno de la Ciudad de México prohibió las chelerías en los tianguis de la Capital, el de la Lagunilla lució como cada semana.
Entre locales de comida y ropa, los puestos de micheladas, característicos de este tianguis, permanecieron activos aún con vigilancia de autoridades.
En dicha calle, entre Bocanegra y Matamoros, un puesto llamado “El Rincón del Brujo” presumía hasta música en vivo.
A lo largo de las cuadras del mercado sobre ruedas, los clientes realizaron sus compras con vasos escarchados en las manos y al ritmo de las bocinas que sonaban a lo largo de Comonfort.
El cuarto pasillo del tianguis era donde más abundaban estos locales: “litros de cerveza 2×100, Azulitos o moraditas: 2×120”, se leía en los letreros.
Acuden ‘como si nada’ a chelerías
En “Micheladas Las Nenas“, los trabajadores exhibían paredes repletas de vasos de licuadoras, pequeños botes con forma de tinacos y vasos con forma de Kitty: todos para preparar diferentes bebidas.
Mientras avanzaba la tarde, los asistentes iban llegando y en los puestos la gente se aglomeraban para bailar y beber.
En la Glorieta de Cuitláhuac, las personas se juntaron para disfrutar la tarde mientras ingerían bebidas embriagantes.
El viernes entró en vigor una nueva disposición para prohibir la venta del alcohol en los tianguis a través de modificaciones en los Lineamientos para la Operación de Tianguis.
Aún con las nuevas restricciones y pese a la constante vigilancia policial en la zona, las leyes fueron inexistentes en Tepito.
Justo en la esquina de Peralvillo y Matamoros, una patrulla se estacionó junto a una chelería. Sin embargo, los elementos se limitaron a mantener la vigilancia.
Metros más adelante, sobre Matamoros, un par de policías platicaba. Incluso, uno de ellos movió las manos al ritmo de la música que un DJ de la chelería “La Facultad” reproducía en el negocio.