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Todos con MonReal

Es como si Ricardo Monreal no fuera solo un político, sino un amigo, un vecino cercano dispuesto a tender la mano cuando más se le necesita.

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Homero Barrera McDonald es licenciado en administración de empresas por la Universidad del Valle de México. En su trayectoria pública destacan haber sido el director del instituto de la juventud de Reynosa, Tamaulipas, así como enlace de la coalición “Juntos haremos historia” en el estado de Querétaro.
En el ámbito empresarial es director comercial de botas Barrera, una empresa con más de 85 años de historia; también dirige la fundación Barrera, mediante la cual hacen llegar botas a niñas y niños de escasos recursos.

¡Queridos amigos que cada quince días me acompañan en esta columna!

Hoy quiero hablarles de un personaje político que ha dejado huella en el país, en Querétaro y en muchos de nosotros: el Senador con licencia Ricardo Monreal Ávila. Permítanme destacar en las siguientes líneas su liderazgo y compromiso con el pueblo.

 

El jueves pasado, Ricardo Monreal visitó el Salón de Colonos “El Tintero”, dejando de lado la típica plaza pública en el centro de la cuidad para acercarse al barrio, al pueblo real. ¡Y eso, queridos lectores, es para aplaudir! En estos tiempos en que muchos políticos viven en una burbuja, es refrescante ver a alguien que se atreve a enfrentar lo real. Y no puedo dejar de mencionar esa frase emblemática que retumbó en el recinto: “gracias por venir a lo real”.

Querétaro sabe lo importante que ha sido el apoyo de Monreal para el estado. Su presencia ha logrado conjuntar a todos los sectores de la sociedad, pero, sobre todo, ha tocado los corazones de los jóvenes y la gente del barrio. Esas palabras, pensamientos y acciones dejan huella en la ciudad y en las personas. El apoyo que siempre ha mostrado por esta tierra queretana no es solo cuestión de política, sino de compromiso genuino con su gente. Es como si Ricardo Monreal no fuera solo un político, sino un amigo, un vecino cercano dispuesto a tender la mano cuando más se le necesita.

 

Su liderazgo es innegable, y esa visita al Salón de Colonos de la colonia el Tintero lo reafirma. No todos los aspirantes a coordinadores habrían tomado la misma ruta, pero Monreal lo hizo, y eso lo hace único. Por la mañana en un ejercicio académico con los jóvenes universitarios y por la tarde en el evento cívico con la gente del barrio, demostró que la participación ciudadana es la base de una democracia vibrante.

Querétaro lo apoya, y eso es evidente. Pero es más que un apoyo superficial, es una conexión genuina entre el político y la gente, una simbiosis que trasciende los discursos y las promesas vacías. Cuando alguien logra tocar a la sociedad con empatía y autenticidad, el agradecimiento es inevitable.

Ricardo Monreal ha sido escuchado y ha tomado en cuenta las voces de todos. Ha sido esa voz que resuena en el corazón de la gente, que se levanta y hace eco en cada rincón de Querétaro. Su representación ha unido logrado unir orgánicamente a la sociedad y ha inspirado a jóvenes y adultos por igual.

 

Así que, amigos míos, si alguna vez sienten que sus palabras, pensamientos y acciones no importan, miren el ejemplo de Monreal. Él ha demostrado que no hay sueño demasiado grande, ni palabra demasiado pequeña, para marcar la diferencia en la vida de la gente.

La visita de Ricardo Monreal Ávila al Salón de Colonos “El Tintero” es más que un acto político, es un mensaje poderoso de que la política puede ser diferente, puede ser cercana, puede ser auténtica. Y eso, queridos lectores, es lo que nos inspira y motiva a seguir adelante, a creer en el poder de nuestras voces y agradecer a quienes nos escuchan y nos toman en cuenta.

 

Así que, desde esta columna, extiendo mi agradecimiento a Ricardo Monreal Ávila por su compromiso, su liderazgo y su lealtad al pueblo de Querétaro. Gracias por venir a lo real y recordarnos que juntos podemos construir un futuro mejor.

Los exhorto, queridos amigos, a que sigamos creyendo en nosotros mismos y en el poder de las palabras y acciones para hacer de nuestro lugar en el mundo un lugar más justo y equitativo. Escuchemos todas las ideas, unamos todas nuestras voces y digamos juntos “¡De aquí pal real, todos con Monreal!”

 

¿Y usted qué opina?

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