as campañas siempre son el espacio de las promesas, donde el presupuesto no importa y las capacidades demostradas tampoco, porque la batalla es entre promesas. Gobernar es difícil porque nos confronta con la realidad. Hoy, la Ciudad de México se da cuenta de que, a pesar de lo que nos prometieron en campaña, estamos lejos de ser una utopía.
Según datos recientes, la Ciudad de México tiene al menos 80 mil baches activos en vialidades primarias. Una cifra que revela una falla estructural: no solo en la infraestructura, sino en la forma en que entendemos el espacio público. Porque un bache no es solo un hoyo en el pavimento. No es solo una molestia para quienes se mueven en automóvil o transporte público. Es un riesgo para quien se transporta, una traba para quien trabaja y un obstáculo para las personas con discapacidad motriz.
Las calles son el mínimo de infraestructura que una puede esperar en una de las ciudades más pobladas del mundo. Deben ser lugares seguros y funcionales, pero nos hemos acostumbrado al deterioro. Lo hemos normalizado, incluso cuando hay presupuesto suficiente para que la ciudad tenga en buen estado la infraestructura más básica.
Es también, hay que decirlo, evidencia de corrupción. ¿Cuántos gobiernos han pavimentado calles con bombo y platillo, solo para que en la siguiente temporada de lluvias se note que el material fue de mala calidad o el trabajo estuvo mal hecho?
Cuidar la ciudad implica mantener sus calles en condiciones dignas. No se trata solo de una tarea técnica: es una expresión de respeto hacia quienes la habitan. Hacia quienes caminan con sus hijas e hijos. Hacia quienes trabajan con un carrito o en bicicleta.
La jefa de Gobierno planteó que las ciudades pueden ser utopías habitables: espacios donde todas las personas tengan derecho a lo común, donde los servicios públicos estén cerca y funcionen bien. Esa visión no se ve en la realidad de nuestra ciudad.
Y sí, es cierto: prometieron utopías, pero la Ciudad necesita que se conviertan en realidad. Solo así podremos vivir dignamente en una ciudad que necesita orden para funcionar.