Nepobabies y ambulancias: la verdadera oposición de Claudia está en MORENA

Este domingo se reunió el Consejo Nacional de MORENA, donde la presidenta Claudia Sheinbaum, en su calidad de militante con licencia, envió una carta con un mensaje claro: se opone a la promoción personal dentro del partido y al nepotismo. Aunque el mensaje fue general, tuvo una destinataria evidente: la senadora por Chihuahua, Andrea Chávez, quien ha estado en el centro de la polémica por el uso de ambulancias y vehículos de atención médica rotulados con su nombre e imagen en comunidades de su estado.

Hace unas semanas, la presidenta le pidió directamente que evitara ese tipo de promoción, argumentando que va en contra de los principios de MORENA y podría interpretarse como un acto anticipado de campaña rumbo a la contienda por la gubernatura de Chihuahua. Chávez intentó desviar la atención culpando a “los pitufos”, en alusión a la gobernadora panista Maru Campos. Sin embargo, el reclamo venía desde el interior de su partido.

No es sorpresa que dentro de MORENA no haya uniformidad. Desde que Claudia Sheinbaum fue designada como candidata presidencial, varios liderazgos han buscado mantener y ampliar sus espacios de poder. Figuras como Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Gerardo Fernández Noroña, que aprobaron sin problemas las iniciativas finales de Andrés Manuel López Obrador en fast track, tardaron en integrar comisiones y aprobar nombramientos y reformas solicitadas por la nueva presidenta. Basta recordar la polémica “reelección” de Rosario Piedra en la CNDH. Otros liderazgos, como los de Andrés López Beltrán y Bertha Alcalde, tampoco mostraron la deferencia esperada al liderazgo presidencial durante el evento en el Zócalo del 9 de marzo.

Claudia Sheinbaum ejerce dentro de MORENA lo que Max Weber denominaría un liderazgo “racional-legal”. Su autoridad emana del cargo y del cumplimiento de las reglas, pero no cuenta con el carisma arrasador de su antecesor. En este contexto, su reto no está en la oposición externa —PRI, PAN y MC carecen hoy de fuerza real para desafiarla a ella o al aparato estatal—, sino en su propio partido.

En su carta, Sheinbaum también arremetió contra el nepotismo. En un partido donde abundan los “nepobabies”, el mensaje fue contundente. Sin embargo, ninguno se sintió aludido, bajo el argumento de que “no están heredando puestos”. Aun así, persiste la duda sobre si varios liderazgos —quienes sin duda han mostrado habilidades y pericia política— ocupan sus cargos más por vínculos familiares que por méritos propios.

Por ahora, el acuerdo es claro: la autopromoción al estilo Chávez no tiene cabida en los valores de MORENA y no habrá “herencia de cargos”, algo que la presidenta pidió incluso convertir en ley, propuesta no muy bien recibida por el Partido Verde. Si, pese a su aprobación, Sheinbaum sigue insistiendo en su importancia, es porque algo anticipa. No debería sorprendernos que empiecen a aparecer “vacíos legales” de precampañas mucho antes de 2027.