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México 2026 con Claudia

Ha formado un gabinete equilibrado, destacando figuras clave como Rogelio Ramírez de la O y Marcelo Ebrard, combinando continuidad y compromiso político.

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Apenas hace unos días la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, conmemoró el sexto aniversario del triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador a casi un mes de haber obtenido el triunfo superándolo por 5 millones de votos. En un simbolismo claro en el que celebra “al padre”, Sheinbaum también ha ido mostrando el “libre desarrollo de su personalidad” sin separarse del todo de él ni del movimiento que la llevó a la presidencia.

Claudia Sheinbaum ha dosificado los nombramientos de su gabinete en varios anuncios. El primero, Rogelio Ramírez de la O, fue claramente para generar certidumbre y tranquilidad al apostar por la continuidad (algo que los mercados favorecen mucho).  Al siguiente, cumplió la palabra dada y le dio un lugar importante al principal contendiente de la interna de Morena, Marcelo Ebrard Casaubón.

Ocho de los nombramientos han sido mujeres y nueve hombres; ocho provenientes de la administración federal de López Obrador, otros siete de su administración en la Ciudad de México y uno de la dirigencia de MORENA. Todos han sido nombramientos ad hoc a las carteras que encabezarán[1] y todos han mostrado conocimientos técnicos, dejando atrás la máxima obradorista de “90% de lealtad 10% de capacidad”.

Claudia está apostando por un gabinete preparado con algunos nombramientos políticos, pero aún no sabemos cuánto margen de maniobra tendrá en su administración. Así como podría seguir el modelo de Fox donde cada titular actuaba con total libertad en su dependencia, podría seguir el modelo de López Obrador, donde nada se movía sin la instrucción expresa del presidente, generalmente dada en su conferencia matutina.

Si bien el arquetipo de campaña de Claudia fue el de la mujer guerrera (una mujer líder que lucha y rompe las reglas sociales), muchos también la vieron como la mujer sumisa (la que obedece al hombre líder). En los próximos meses rumbo al 1º de octubre podremos ver cómo se define y se reinventa a ella misma, recordando también el caso de Dilma Rousseff y los paralelismos que guardan. Ambas mujeres, presidentas de un país machista, herederas del legado de dos presidentes de izquierda (López Obrador y Lula da Silva) con altísimos niveles de aprobación y a las puertas de un mundial de futbol.

La Dra. Sheinbaum tiene una oportunidad en sus manos: el potencial del crecimiento económico de México rumbo a 2030. Desde la década de los 90 se ha esperado que México crezca, que aumente el PIB a más del 3% anual, que ocupe uno de los lugares más destacados en el “concierto de las naciones”, sin embargo, cada sexenio sigue decepcionándonos como la Selección Mexicana de Futbol.  Con una visión de izquierda que disminuya las desigualdades y la pobreza, pero que aproveche la coyuntura para fortalecer la inversión, impulsar la transición energética y fortalecer la infraestructura y los servicios.

Ya tenemos presidenta, ahora hay que imaginarnos cosas chi***nas.

 

[1] https://bit.ly/3zD1ive

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