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Lugar de enunciación.

Ser feminista para mí ha sido un proceso de deconstrucción constante de ideas impuestas y arraigos generacionales.

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“Nada es casualidad, todo es casualidad”, pienso estos últimos días en una reflexión de cierre de actividades. Este año he abrazado mi encuentro, mi voz y mis ideales de forma más firme, más consciente y más responsable. Este año he conocido a personas maravillosas que me han enseñado a enunciarme, maravillosas mujeres por las cuales me he asumido más feminista que nunca.

He sido feminista por años, a veces edulcorada, para no molestar, a veces silenciosa, para no molestar, a veces en escucha, porque escuchar implica comprender muchas cosas que escapan a mi privilegio. Ser feminista para mí ha sido un proceso de deconstrucción constante de ideas impuestas y arraigos generacionales, ha sido un proceso en el que me cuestiono todo, ha sido doloroso pero también muy enriquecedor.

Ser feminista implica entender que no existe un solo feminismo. No hay una agenda unitaria. Kimberlé Crenshew acuñó la interseccionalidad como parte de nuestra agenda diversa. Para avanzar en el amplio reconocimiento no solo de nuestros derechos, sino de todo aquello que rige nuestra vida, la intersección es un marco que ayuda a comprender las diferentes identidades y factores que atraviesan el feminismo, las experiencias, la interacción con el género, la inclusión y los sistemas que nos rigen.

Kimberlé Crenshew acuñó la interseccionalidad como parte de nuestra agenda diversa.

Cuando Julieta Kirkwood dijo “el feminismo soy yo”, lo que hizo fue establecer la identidad del sujeto femenino que se autoenuncia, con facultad para nombrar, transformar y dialogar. Djamila Ribeiro en su libro Feminismos Plurales: Lugar de Enunciación (2020), nos dice algo que está ya puesto en la mesa y es importante comprender de forma clara: todo el mundo tiene su propio lugar de enunciación.

 

He abrazado mi feminismo desde que soy mamá. Ana Sofía ha sido mi lugar dispar de encuentro y desencuentro, me ha obligado de forma natural a comprender que hay en la maternidad una enorme imperfección. Se nos obliga como mujeres de forma sistémica a una entrega absoluta al ser madres, y cómo no, un día vives para ti y nadie más y otro, una persona pequeñita viene a ocuparlo todo, no existe espacio para las equivocaciones ni para sentimientos negativos. Se debe asumir la maternidad de forma responsable, entregada, amorosa y vamos, no es que no sea así, pero no siempre es así.

La maternidad es una constante de renuncias, muchas dulces, muchas otras agridulces. Yo soy afortunada, maternar a Sofía ha sido una elección, tengo a un gran aliado y acompañarnos en el proceso de criar a nuestra hija es maravilloso y privilegiado: privilegiado. No todas las maternidades son así y enunciarlo es también reconocer todo aquello que está mal con el sistema político, social y económico que nos rige, es reconocer que mi lugar de enunciación no es el lugar de todas las personas que ejercen su maternidad.

tengo a un gran aliado y acompañarnos en el proceso de criar a nuestra hija es maravilloso y privilegiado: privilegiado

Soy feminista porque quiero para mi hija un mundo en donde pueda ser libre para ser quien ella quiera ser, en donde no la maten, ni la violen, ni la acosen, en donde tenga la oportunidad de estudiar sin que ningún sistema político-religioso se lo prohíba, en donde pueda caminar por las calles sin sentir miedo, un mundo en donde su trabajo sea reconocido y le paguen lo justo y equitativo, un mundo en donde las personas no desaparezcan y sus madres tengan que escarbar para encontrarles, un mundo en donde exista la justicia para todas y todos, un mundo en donde el medio ambiente y los grupos históricamente reprimidos estén en el centro de la agenda, un mundo mejor.

En su libro, Todo sobre el amor, bell hooks hace un análisis profundo sobre el papel del amor en nuestra vida pública y privada, entiende el amor como el camino a la justicia social, su interconexión, interseccionalidad, nuestras nociones y la importancia de poner fin a las luchas individuales, pasar de la cultura impuesta a través de un sistema que nos corrompe, amor que aporta paz y compasión, nos aleja de la idea preponderante de que el amor romántico es más importante que todos, es comprender que tenemos que cambiarlo todo.

Todo sobre el amor, bell hooks

Las formas de organización y los tipos de lazos de solidaridad que existen, han cambiado con la crisis civilizatoria que nos toca sin que incluso lo sepamos y es nuestro papel producir un proceso de reconstrucción si queremos cambiar nuestras vidas e imponer un modelo diferente de sociedad sin importar el lugar en el que nos encontremos, tejiéndolo todo.

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