En México, los pueblos indígenas y el pueblo afromexicano son una parte fundamental de la identidad y la diversidad cultural del país. A lo largo de la historia, han enfrentado múltiples formas de discriminación y marginalización debido a su origen étnico, género y condición socioeconómica. En el contexto actual, es imprescindible comprender la interseccionalidad de las luchas que enfrentan y promover justicia social para lograr una sociedad más inclusiva e igualitaria.
Luis Donaldo López Vázquez @luisdonaldo_057
La interseccionalidad es ese concepto que fue acuñado por la académica Kimberlé Crenshaw en la década de 1980 para describir cómo diferentes formas de opresión como el racismo, el sexismo y la discriminación de clase, se entrelazan y se combinan para afectar la experiencia de las personas pertenecientes a grupos que han sido históricamente vulnerados en sus derechos humanos. En el caso los pueblos indígenas y el pueblo afromexicano, esta interseccionalidad es evidente, ya que enfrentan múltiples desafíos en diferentes aspectos de sus vidas.
En primer lugar enfrentan una discriminación arraigada basada en su origen étnico. A menudo son estigmatizados y estereotipados, lo que limita sus oportunidades de educación, empleo y participación política. Además, la falta de reconocimiento y respeto a sus derechos, cultura y lengua, contribuye a la exclusión y a la negación de su autonomía.
En segundo lugar, las mujeres indígenas y afromexicanas se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad debido a la intersección de género y etnia. A menudo enfrentan una doble discriminación y están expuestas a la violencia de género, la explotación laboral y la falta de acceso a servicios básicos de salud y educación. La invisibilización de sus luchas y el menosprecio de sus conocimientos y saberes tradicionales perpetúan la desigualdad de género en sus comunidades.
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Además, su situación socioeconómica es precaria: la pobreza,la falta de acceso a servicios básicos y la marginalización económica son realidades persistentes en muchas comunidades. Las desigualdades en el acceso a la tierra y a los recursos naturales, así como la explotación de sus territorios por parte de intereses económicos, agravan aún más su situación.
En el contexto actual, es fundamental reconocer y respetar sus derechos colectivos e individuales, fomentar su participación activa en la toma de decisiones y promover políticas públicas inclusivas y culturalmente adecuadas. Además, es necesario garantizar el acceso a servicios básicos de calidad, como la educación y la salud, y promover la preservación y valoración de sus conocimientos ancestrales y sus prácticas tradicionales.
Luis Donaldo López Vázquez @luisdonaldo_057
En este sentido, es alentador ver que cada vez más se están dando pasos en la dirección correcta. Se han promulgado leyes y políticas públicas que reconocen y protegen los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos, sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar su pleno reconocimiento y el ejercicio efectivo de sus derechos en todos los niveles de la sociedad, empezando por la correcta aplicación de la ley.
El colonialismo dejó profundas cicatrices en México, pero también ha fortalecido el espíritu de resistencia y lucha de estos pueblos. A medida que el país avanza hacia el futuro, es fundamental reconocer y valorar la diversidad cultural y la contribución de los pueblos indígenasy afromexicanos a la identidad mexicana. La construcción de un país más justo e igualitario implica necesariamente escuchar y trabajar en colaboración, respetando sus derechos y reconociendo su invaluable legado histórico y cultural.