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¿Los cuidados al centro?

Cuidados y movilidad social en México: hacia una igualdad de oportunidades que impulse un futuro inclusivo. Inspiración de Malala.

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Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar a Malala Yousafzai. Malala se convirtió en un símbolo internacional de la defensa de los derechos humanos, -particularmente del derecho de las niñas a acceder a la educación-. La participación siempre serena y clara en donde explica cómo es que las niñas en otras geografías pueden imaginar y crear otros mundos posibles, es especialmente posible cuando les enseñamos que pueden usar su voz, acompañar la creación de otros espacios y generar otras sinergias en las que quepamos todas las personas en cualquier lugar.

Malala Yousafzai con la presidenta Claudia Sheinbaum

Y aunque ese mundo podría ser posible, existen factores fuera del control de las personas que resultan determinantes para acceder a la educación como lo explica Malala, pero también a vivienda, salud, transporte, alimentación y una serie de elementos que impacta directamente en su desarrollo. Estos factores de movilidad social se explican por un lado desde las desigualdades sociales, pero también desde la falta de inversión e infraestructura que por un lado impactan en el crecimiento económico y por otro en el acceso al mercado laboral.

Y esta desigualdad se profundiza cuando hablamos de los cuidados. El trabajo de cuidados -porque es un trabajo, directo o indirecto-, son todas aquellas actividades realizadas para garantizar el bienestar cotidiano y el desarrollo de las personas desde diversas perspectivas: física, económica, emocional, etc., y recaen en su mayoría, en las mujeres. Esta sobrecarga de trabajo obstaculiza la participación en el mercado laboral, la educación y el ejercicio de derechos humanos y tiene incluso un impacto profundo en la salud mental.

Trabajo de cuidados

De acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, el peso de la protección social en la desigualad de oportunidades es mayor (38 %) para la población con origen socioeconómico bajo, en comparación con el total de la población (11 %) y la ausencia de esquemas de protección social a lo largo de la vida limita las opciones de movilidad social ascendente entre las mujeres.

Existen varios elementos a considerar para lograr un Sistema Nacional de Cuidados, pero uno y considero es el más importante, es contar con una agenda transversal que genere información, datos y estadísticas que permitan entender, socializar y avanzar la economía de cuidados y que a su vez incluya el gasto social, emocional, físico y fiscal de la propuesta.

Lo cierto es que las normas socialmente establecidas han impactado históricamente en las políticas públicas, asignación de recursos y decisiones institucionales que permea directamente en las tareas de cuidados y su distribución, pero reconocer que todas las personas en algún momento requerimos y requeriremos cuidados -desde las infancias, hasta las personas adultas mayores y con discapacidad-, y que las personas cuidadoras están fuera de los esquemas de movilidad social, es fundamental para reducir las desigualdades.

Así como lo dijo Malala: “vivimos como una familia de naciones. Es necesario que cada miembro de esa familia reciba oportunidades iguales de crecimiento económico, social y educativo. Si uno de los miembros se rezaga, el resto no podrá continuar hacia adelante”.

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