Hay decisiones que, aunque puedan tener buenas intenciones, no resuelven el verdadero problema y terminan creando nuevos conflictos en el camino. Las recientemente aprobadas restricciones al alquiler de inmuebles para estancias cortas en plataformas como Airbnb en la Ciudad de México son un claro ejemplo de esto.
Airbnb es una plataforma en línea que permite a las personas reservar alojamientos en todo el mundo.
La falta de vivienda accesible es un problema grave en la capital, pero culpar a Airbnb y restringir su operación es una distracción, no una solución. El verdadero desafío radica en la escasa oferta de vivienda social, la falta de actualización en los programas de desarrollo urbano y la ausencia de planeación adecuada. En lugar de atacar estos problemas estructurales, se ha optado por regular una plataforma que es un actor secundario en la ocupación de inmuebles en la ciudad.
Los ejemplos internacionales tampoco deberían alentar este tipo de medidas. En Nueva York, una ciudad que ha impuesto fuertes restricciones a las estancias cortas, los resultados no han sido los esperados. No solo no se ha logrado reducir el costo de las rentas a largo plazo, sino que estas han aumentado un 3.4% en un año. Además, el precio de los hoteles subió un 7.4%, afectando a los turistas y a la economía local. Peor aún, estas medidas han fomentado la informalidad, ya que los propietarios buscan evadir las normativas para seguir generando ingresos.
Rentas en CDMX
Limitar la cantidad de noches que un inmueble puede ser alquilado en Airbnb en la Ciudad de México no reducirá los precios de las rentas ni aumentará la oferta de vivienda accesible. Lo que sí hará es perjudicar a miles de familias que dependen de esta plataforma para obtener ingresos adicionales. Las restricciones limitan también la posibilidad de que los pequeños anfitriones sigan generando ingresos en un mercado laboral cada vez más incierto.
En 2023, los turistas que utilizaron Airbnb en la Ciudad de México generaron más de 15,000 millones de pesos en ingresos, apoyando a más de 63,000 empleos. Estas restricciones no solo ponen en riesgo esa derrama económica, sino que afectan a toda la cadena de valor, desde pequeños comercios locales hasta servicios de limpieza y mantenimiento que dependen de los turistas.
Los turistas que utilizaron Airbnb en la Ciudad de México generaron más de 15,000 millones de pesos en ingresos, apoyando a más de 63,000 empleos
La solución para la Ciudad de México no es una regulación más estricta sobre las plataformas de estancias cortas, sino una política integral de vivienda que incentive la construcción de vivienda social y actualice los programas de desarrollo urbano. Sin esto, la crisis de vivienda seguirá empeorando. Las restricciones a Airbnb pueden parecer una solución fácil, pero son solo una distracción frente a un problema mayor.
Un grupo de turistas extranjeros se toman la foto del recuerdo con sombreros típicos mexicanos en el Bosque de Chapultepec.