A sus 19 años, Osmar Olvera Ibarra, el chico que deslumbró la fosa del Mundial de Fukuoka apenas en julio pasado con una medalla de plata, volvió a subir al podio en los XIX Juegos Panamericanos Santiago 2023 con una hechura de clavados desde el trampolín de tres metros que hizo que el Centro Acuático se rindiera ante él.
Ya con una presea de oro en el trampolín de un metro que obtuvo hace un par de días, ahora lo volvió a hacer, pero desde los tres metros. Una prueba que dominó de principio a fin sin temor a equivocarse y en cada salto demostró que poco a poco ha pulido su talento.
Osmar, quien gracias al destino llegó a los clavados y no al futbol americano como su padre –que por cierto fue un gran jugador- labró bien su medalla en la final de la prueba olímpica, la cual dice, “disfruto mucho, porque me siento bien, bueno en las dos pruebas en las que tiro”.
La noche del 23 de octubre, ya forma parte de la historia del deporte mexicano, ya que hizo lo que quiso desde el primero clavado bajo la mirada expectante de su público que se entregó en cada salida. Tiro casi perfecto todos sus saltos, que incluso, el quinto salto al frente con cuatro y medio vueltas casi lo hace perfecto.
Dominó a placer que al final sumó 536.15 puntos para su segundo oro y el 16 de ese valor para la delegación mexicana. La plata fue para colombiano Luis Felipe Uribe con 444.25 y el bronce para el estadounidense Jack Ryan con 435.35.
Mientras que la otro medalla de oro, fue obra de la dupla olímpica de Alejandra Orozco y Gabriela Agundez que en la plataforma sincronizada de 10 metros se adueñaron del oro con 315.42, en tanto que la medalla de plata quedó en poder de las canadienses Caeli McKay y Kate Miller con 310.29 y el bronce para el brasileño de Ingrid de Oliveira y Giovanna Pedroso con 273.60.