Uno de los temas centrales del WEF fue la policrisis, es decir todas las crisis simultáneas que se viven: económica, política y geopolítica y sostenibilidad: tormenta perfecta.
Con la presencia de más de 50 jefes de estado y de gobierno, entre ellos Alemania, España, Finlandia y Corea del Sur, más de 50 ministros de economía y finanzas, 18 gobernadores de bancos centrales, 35 cancilleres y más de 600 presidentes de compañías multinacionales, así como la Directora del Fondo Monetario Internacional y algunos de los principales funcionarios de comercio de Estados Unidos, China y la Unión Europea, se llevó a cabo en Davos, Suiza, el cónclave anual del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) la semana pasada.
Uno de los temas centrales dentro de la agenda fue la policrisis, un término difundido por el historiador Adam Tooze y que está relacionado con todas las crisis simultáneas que se viven actualmente, es decir, la crisis económica, crisis política y geopolítica y sostenibilidad: tormenta perfecta.
Aunado a la policrisis, surge además como palabra del año 2022 en el diccionario Collins la permacrisis, un vocablo que retoma el Washington Post y que define un periodo prolongado de inestabilidad e inseguridad y que refleja lo que reporta el Informe de Riesgos Globales 2023 del WEF: guerras, catástrofe climática, caos en el mercado energético, inflación, hambrunas y epidemias, migración, falta de cohesión social y polarización, fracaso de la adaptación al cambio climático, desastres naturales, fenómenos climáticos extremos, incidentes y daños a gran escala, crisis de recursos naturales, cibercrimen e inseguridad cibernética, inestabilidad política y desigualdad económica.
De acuerdo con el WEF, el conflicto Rusia-Ucrania hizo que los precios de la energía y los alimentos aumentaran y sumado a la pandemia, provocó que las presiones inflacionarias y la crisis mundial en el costo de vida impacte directamente en las personas alrededor del globo; además de que las emisiones de carbono siguen incrementándose, y repercute en la crisis climática.
Esta visión global del Foro es importante ya que pone en la agenda los temas que preocupan a las grandes economías y la elite empresarial del mundo, aunque no necesariamente estén dispuestos a tomar acciones y, por otro lado, comprender que estas crisis no se resuelven de manera vertical.
Es una perspectiva crítica y muy interesante a lo que está pasando en el mundo y en específico al sistema capitalista en el que presidentes como Gustavo Petro de Colombia, hacen ver que es el causante de la mayoría de nuestros problemas actuales y de las posibles acciones que pueden tomarse por parte de los gobiernos y empresas para afrontarlas y no dejarlo como ocurre en la COP, en recomendaciones; pero además entender que para que se ejecuten y permitan el cambio, se debe hacer de manera horizontal.
Al foro asistieron solo 3 presidentes latinoamericanos y aunque se contó con la representación de 11 países entre ellos la Vicepresidenta de República Dominicana, ministros y gobernadores estatales, como Samuel García de Nuevo León, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y el Director Ejecutivo de la CEPAL, las condiciones sociopolíticas de los diferentes países de la región y de sus visiones de gobierno, respondieron con su ausencia, entre ellos el Gobierno Mexicano.
Si bien, Latinoamérica es heterogénea y los países afrontan al interior diversas crisis particulares, tal es el caso de Perú con la reciente destitución de su presidente, las próximas elecciones en Paraguay, Guatemala y Argentina, la crisis política en Brasil, Haití, Nicaragua y Venezuela, además de la crisis de seguridad en México, entre otros; ninguno es ajeno al impacto global de la crisis inflacionaria y climática y por tanto el incremento en los costos de la canasta básica y costos de vida, pero además enfrentan pobreza e inseguridad, desigualdad y crisis migratoria.
Y aunque el panorama pareciera pintar catastrófico para nuestra región, sobre todo por el impacto en los cambios ideológicos y democracia, América Latina representa por otro lado un bastión importante para afrontar la crisis climática mundial yrequiere de esfuerzos coordinados para promover desarrollo socioeconómico con una visión verde que mejore las condiciones de vida de todos sus habitantes a largo plazo y necesita impulsar la participación y compromiso público-privado, y acuerdos que beneficien a la región o afrontar de manera fragmentada la policrisis que ya vivimos y que se discutió en el WEF.