Cuidad de México, Méx., a 25 de octubre de 2021. (Redacción).-
A seis meses de que colapsara la techumbre metálica que resguardaba los vestigios de la Casa de Águilas de la Zona ArqueológicaTemplo Mayor, esta noche comenzarán los trabajos para su retiro y sustitución, labores que tendrán un costo de 14 millones de pesos, informaron autoridades de la Secretaría de Cultura y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). “Ya se concluyeron los trabajos de protección de todos los vestigios arqueológicos y esta noche se inicia el proceso para retirar la techumbre que colapsó. Este es un proceso muy delicado, se analizaron varias propuestas, se consideraron propuestas de arquitectura, ingeniería, de distintas instituciones y al final se aceptó una propuesta de la empresa TGC Geotecnia S.A. de C.V, la cual resulta ser la más adecuada en su diseño, materiales, costo, tiempo de instalación, viabilidad técnica y en el costo de mantenimiento”, dijo la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.
La noche del 28 de abril de este año se registró una fuerte lluvia en la Ciudad de México que provocó el colapso de una de las cuatro techumbres metálicas de Templo Mayor, y que estaba ubicada en la calle Justo Sierra, casi esquina con República de Argentina, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Ahora, seis meses después, comenzarán las labores de retiro y colocación de una nueva estructura y para el pago de esos trabajos, indicó Frausto, se llegó a un acuerdo con la aseguradora Agroasemex: “El monto conciliado es de 14 millones de pesos. Hubo otras propuestas que participaron y se tomó la idónea. El proceso para culminar estos trabajos será en junio del próximo año”. Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor, explicó que los 14 mdp incluyen los gastos para la protección de los vestigios, pues se contrató a un par de especialistas que dan mantenimiento porque “sí entró la humedad”; así como para el retiro de la cubierta colapsada y instalación de la nueva, que se prevé sea instalada hasta el siguiente año.
La arqueóloga detalló que se hicieron varios estudios para seleccionar el procedimiento correcto para el retiro de la techumbre; así como un estudio para una nueva alternativa de protección: “Al final se decidió que fuera TGC Geotecnia, quien también es la encargada de retirar la antigua cubierta. La elección de TGC no fue una licitación, porque como fue un siniestro, entró el seguro del Instituto y por lo mismo la legislación nos permite elegir a quien más convenga”
El techo colapsado medía 240 metros cuadrados y pesaba alrededor de 60 toneladas. Esas características, dijo Ledesma, impiden que se puede quitar en un solo movimiento, por ello, toda esa cubierta se seccionó en doce partes, “como si fuera un pastel”, para quitarla por partes: “Cada sección se tardará alrededor de tres o cuatro semanas en retirarla y desmontarla. Durante una noche llegará una grúa, levanta (el pedazo) y lo coloca en una zona aledaña. Personal de TGC lo desmantelará y se lo llevará”.
Con respecto a la nueva protección de la Casa de las Águilas, la directora del museo indicó que va a ser muy parecida a la anterior, aunque “no es un techo completo”, sino que se mandó a hacer a la medida por pedazos, que se van a unir y luego a colocar en el sitio. En lo que se realizan todas esas labores, se colocará una protección provisional, pues todo el edificio prehispánico está cubierto de estuco original, que es muy frágil porque no estaba diseñado para estar a la intemperie.
Las autoridades culturales descartaron daños mayores en la Zona Arqueológica Templo Mayor; sin embargo, Patricia Ledesma indicó que el muro norte de la Casa de las Águilas sí va a necesitar una intervención mayor: “Una de las trabes de metal cayó sobre el muro norte. Tenemos que esperar a que se levante esa parte para poder hacerle la consolidación. No es un muro de concreto como los que conocemos, está lleno de tierra por dentro, eso hizo que amortiguara el golpe, pero no es un daño mayor”. Además de la techumbre colapsada, en el sitio arqueológico hay otras tres que también serán intervenidas, aunque no se conocen más detalles de esas labores, pues dijo Patricia Ledesma, aún no se tiene el proyecto ejecutivo.
La reja perimetral metálica que resguardaba Templo Mayor también resultó afectada tras el colapso de la techumbre y ya comenzó a ser sustituida. Esos trabajos están a cargo del gobierno de la Ciudad de México.
Desde el incidente en abril pasado, la zona arqueológica permanece cerrada y así seguirá hasta que concluyan las labores, dijo Ledesma. Al respecto, Diego Prieto, director del INAH, comentó que se analizará la posibilidad de que “en algún momento se pudiera habilitar algún tipo de visita a ciertas áreas, sin poner en riesgo ni a la gente ni a los trabajos. Pedimos comprensión a la ciudadanía”.
El Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes (CENART) cuenta actualmente con la expo de videojuegos llamada ‘Oasis’, la cual muestra desarrollos que cuestionan y generan una reflexión en torno a estos.
La exhibición es una colaboración entre el CENART, la Secretaría de Cultura y la Universidad UDIT (Madrid, España), que además cuenta con el apoyo de Acción Cultural Española.
Esto es lo que encontrarás en la expo de videojuegos ‘Oasis’
‘Oasis’ está conformada por 13 juegos divididos en cuatro nodos temáticos: narrativa, activismo, afectos e inmersión, en donde las reglas son experimentar y jugar.
Lxs visitantes podrán encontrar un híbrido entre galería de arte y sala familiar con videojuegos experimentales, independientes y art games que invitan a repensar ciertas ideas que se tienen en torno al videojuego y a rediseñar las reglas.
La única forma de experimentar esta expo es literal, tocando, pues para activar la partida se tiene que jugar.
La muestra ‘Oasis’ está acompañada de un programa de actividades paralelas como charlas, talleres y exhibición de documentales, en el que participan instituciones como:
SAE Institute México
Finisterra UNAM
Cultura Lúdica UAM
Universidad Anáhuac
Escuela de Arquitectura y Diseño Tecnológico de Monterrey
Digra MX
Games for change
¿Cuándo y dónde?
La exposición ‘Oasis’ ya se encuentra abierta y permanecerá hasta el 11 de junio de 2023. La puedes visitar en la Galería de Arte Electrónico Manuel Felguérez del CENART, de martes a domingo de 10:00 a 17:00, entrada libre.
Asimismo, si te interesa acudir a alguna de las charlas o talleres estate al pendiente de las redes sociales del CentroMultimedia del CENART.
Cuándo: Hasta el 11 de junio de 2023.
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00.
Dónde: Galería de Arte Electrónico Manuel Felguérez del CENART (Circuito Interior Av. Río Churubusco, 79, Country Club Churubusco, Coyoacán).
Desde hace algunos días el volcán Popocatépetl que tenemos tan cerquita anda bravo: ha registrado miles de exhalaciones, explosiones moderadas y leves, etc.
—Tocamos madera— ¿Sabes cuál es el protocolo de actuación ante un incremento de la actividad de este volcán? ¿en qué momento y quién decide cuando cambia el semáforo de alerta volcánica? ¿qué escenarios y qué planes de contingencia ya existen? Acá te contamos todo lo que debes saber al respecto.
El Popocatépetl
Primero lo primero. En todo México tenemos más de 2 mil volcanes pero de estos, más o menos 10 son lo que están considerados como activos o peligrosos. Entre ellos se encuentra el Popocatépetl.
Don Goyo, como también es conocido, se ubica en los límites de Puebla, Tlaxcala y el Estado de México. Es uno de los más activos del país y, debido a que hay más de 20 millones de personas viviendo a menos de 100 kilómetros del cráter, también es uno de los más peligrosos de todo el planeta.
El protocolo de actuación ante contingencia volcánica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica que de acuerdo con su morfología y su evolución geológica, el volcán ha estado activo por más de medio millón de años y ha presentado varias etapas de crecimiento.
Es más, el cono moderno del volcán que conocemos está construido sobre los restos de otros volcanes que fueron destruidas por erupciones tamaño pasumecha.
Se sabe que el Popo pasó un periodo de inactividad de 70 años pero a partir de 1994 se registró un incremento paulatino de su actividad. Si bien los volcanes representan un riesgo y por lo tanto debemos estar pendientes de los peligros que presentan por la cercanía, es poco frecuente que un volcán entre en actividad de manera repentina.
En estas últimas décadas el Popocatépetl ha tenido etapas efusivas y explosivas que se explican por el crecimiento y destrucción de domos de lava en el interior del cráter.
Desde que el volcán reanudó su actividad y nos recordó que estamos muy cerca, los expertos le han dado seguimiento MUY de cerca a las etapas de actividad. Y en este sentido… ¿cuáles son las principales amenazas?
Flujo piroplástico de material volcánico que está a muy altas temperaturas y que viaja a alta velocidad. Solo para que nos demos una idea, este material puede descender del volcán entre 100 y 400 kilómetros por hora, por lo que destruye todo a su paso.
Flujos de lodo e inundaciones que bajan a velocidades de entre 60 y 100 kilómetros por otra. Generalmente se van hacia barrancas, así como lechos de ríos y arroyos.
Caída de material volcánico en general, como ceniza. Sabemos que la ceniza ha alcanzado ciudades de Puebla, Estado de México e incluso poblaciones de Querétaro y Veracruz.
¿Qué tanto se puede dispersar la ceniza? El Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED) hizo un mapasobre los posibles riesgos de la caída de ceniza y las zonas en las que es probable que caiga.
Estos mapas se hicieron gracias a proyecciones de escenarios de peligro a través de varias simulaciones por computadora. Todo esto basado en la magnitud de las erupciones y su probabilidad de ocurrencia.
Por ejemplo, este es el mapa de las zonas en donde hay una probabilidad mayor de caída de ceniza. Acá se consideran erupciones con columnas de ceniza menores a 10 kilómetros de altura.
Y es que la caída de ceniza no es un asunto que pueda ser tomado tan a la ligera. La ceniza puede traer afectaciones a la salud —en vías respiratorias, ojos y piel—, interrumpe los medios de comunicación, podría colapsar los techos de las casas por su acumulación, interrumpe las principales vías de transporte, daña los cultivos agrícolas y la vida animal, obstruye los sistemas de drenaje, contamina las fuentes de agua y su pilón: las cenizas finas pueden permanecer suspendidas por semanas en la atmósfera.
¿Cuáles son las zonas de riesgo por el Popocatépetl?
De acuerdo con lo estipulado por el Plan DN-III-E de la Secretaría de la Defensa Nacional, se consideran tres áreas de peligro principales a partir del cráter del volcán:
La zona de alto riesgo está en un radio de 15 kilómetros y comprende 16 municipios de Puebla, 6 en Morelos y 8 en el Estado de México
La zona de riesgo medio está en un radio de 30 a 60 kilómetros y comprende 22 municipios de Puebla, 9 en Morelos, 6 del Estado de México y 18 de Tlaxcala
La zona de bajo riesgo está en un radio de 60 a 90 kilómetros y comprende el resto de las poblaciones cercanas al volcán
Si la actividad aumentara y fuera necesaria una evacuación, le tocaría a 30 municipios en la zona de alto riesgo y 56 en la de riesgo medio. Es decir, más o menos la población expuesta es de 3 millones 562 mil 596 personas, de las cuales 685 mil 776 están en la zona de alto riesgo.
Lo bueno comenzó el 21 de diciembre de 1994 cuando se percibieron aumentos en los eventos sísmicos, cambios de temperatura y concentración de sulfatos y cloruros en el lago del cráter, en los manantiales.
Ese mismo día se produjo la primera emisión de ceniza y a las 17 horas se activaron los Programas de Respuesta y Atención a la Población en el Estado de México, Morelos y Puebla. En esa ocasión sí hubo evacuaciones preventivas.
Fue a partir de entonces cuando el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) instaló las primeras estaciones de monitoreo del volcán con el apoyo del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y de la mano de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ahora el CENAPRED ya cuenta con más de 20 estaciones de medición que operan en el volcán y zonas cercanas: 15 de ellas son sísmicas, 4 detectan lluvia y flujos —una mezcla de agua, ceniza, lodo y piedras—, así como cámaras de video vigilancia permanente.
El Sistema de Monitoreo Volcánico
Este sistema permanente tiene una alarma automática que alerta al personal encargado cuando la actividad del volcán aumenta. Digamos que las estaciones emiten de forma continua señales de radio que se reciben en el CENAPRED 24/7. Las señales que previenen, sobre todo, de 4 tipos de monitoreo: visual, sísmico, geoquímico y geodésico.
Ahora, a partir de esta información y de la historia geológica del volcán se detectan 3 principales riesgos:
Erupciones pequeñas, con columnas menores a 10 kilómetros —ocurren con mayor frecuencia y representan el escenario de mayor probabilidad—.
Erupciones medianas con columnas eruptivas de entre 10 y 20 kilómetros —la probabilidad es intermedia—.
Erupciones grandes a muy grandes, con columnas eruptivas mayores a 20 kilómetros, con una menor probabilidad pero que son altamente destructivas.
Acá te dejamos el link del mapa de riesgos que aparecen en el CONAPRED, mismos que son adaptación de los mapas originales publicados por el Instituto de Geofísica de la UNAM. Por ejemplo, acá se muestra el mapa de riesgos por flujos piropásticos. La zona en naranja es la que más probabilidad de riesgo tiene y de ahí pal’real.
Foto: CENAPRED
Entonces ahora sí, vamos a ver cuáles son los protocolos ante un aumento de la actividad.
Plan Operativo Volcán Popocatépetl
Así como hay un monitoreo permanente del volcán, desde hace varios años existe el Plan Operativo Volcán Popocatépetl que es, a grandes rasgos, un manual con las instrucciones de qué debe pasar y cuándo en caso de que don Goyo se nos ponga más bravo.
Existe un documento homologado con el protocolo general del Estado de México, Morelos, Puebla y Tlaxcala pero también cada uno tiene un manual específico.
En este documento, por ejemplo, aparecen las comunidades que están más cerca del volcán y que están en un riesgo muy alto en caso de que se presentara una erupción grande o muy grande. Por ejemplo, estas son las comunidades del Estado de México.
Foto: CENAPRED
Aunque cada estado tiene su propio organigrama —no muy distinto al general—, así más o menos fluye la coordinación del plan de emergencia. El organizador del plan es la Coordinación Nacional de Protección Civil y los grupos especializados de trabajo de la Dirección de Administración de Emergencias.
Entonces, los 6 pilares principales de atención son alerta y evaluación de escenarios de riesgo, luego evacuación si es necesaria; seguridad, búsqueda y rescate; refugios temporales y sanidad; relación con las comunidades y participación social; así como la logística.
Foto: CENAPRED
Esta, para estar más claros, es la ruta de lo que pasaría cuando el semáforo de alerta volcánica pasa de amarillo a rojo fase 1.
Foto: CENAPRED
En conferencia de prensa reciente, el director de Análisis y Gestor de Riesgo en el Centro Nacional de Prevención de Desastres, Oscar Zepeda Ramos, explicó que en Puebla hay 10 rutas de evacuación y 205 refugios temporales en caso de ser necesario.
En el Estado de México hay 20 rutas de evacuación y 109 refugios temporales, en Morelos hay 5 rutas de evacuación y 450 refugios temporales pendientes de revisión, y en Tlaxcala hay 7 rutas de evacuación y 25 refugios temporales.
En este mapa se muestra cómo se ven las rutas de evacuación desde las faldas del Popocatépetl hacia la periferia de todos los estados involucrados. Pero si quieres conocer cuáles son las rutas por cada estado, acá mero te dejamos el link en donde están los planes operativos generales y de cada estado.
Foto: CENAPRED
Ahora que las autoridades de Protección Civil y el CENAPRED ya anunciaron que el nivel de alerta del semáforo volcánico del Popocatépetl aumentó a Amarillo Fase 3 es importante mencionar que, aunque no hay evacuación hasta el nivel rojo, sí se tienen que comenzar a revisar las rutas de evacuación, que estén en buenas condiciones y que los refugios estén disponibles y funcionales.
Y, aunque los expertos ya anunciaron que aumentamos de fase por un aumento en la actividad del volcán, es importante mencionar que no es la primera vez. De hecho es la séptima vez que llegamos a amarillo fase 3: en 2000, 2003, 2012, 2013 (dos veces) y 2019.
Desde que el Popocatépetl “despertó” en 1994, la erupción más grande registrada hasta entonces ocurrió el 30 de junio de 1997. Esta erupción pasó después de una serie de signos vulcanotectónicos con magnitud entre 2 y 2.7.
Solo para que nos demos una idea: la intensidad de la erupción fue tal que el semáforo de alerta volcánica estuvo en color rojo por varias horas, en el máximo, pero sin iniciar ninguna evacuación.
Ahora la actividad del volcán ha incrementado pero no ha superado los niveles de 1997 o del 2020, por ejemplo. Lo que tenemos que hacer, entonces, es estar pendientes de la información emitida por Protección Civil, CENAPRED y los gobiernos estatales.
En Puebla, por ejemplo, ya se suspendieron las clases presenciales y se cambió por la modalidad a distancia. Así es como se ve un recorrido de revisión de las rutas de evacuación.
Aunque garantizar accesibilidad y movilidad a personas con discapacidad es algo que las autoridades del Metro deberían garantizar “de cajón”, pues evidentemente no lo hacen… por ello, tuvo que intervenir la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
En respuesta a un amparo que metieron tres usuarias del Metro, las cuales tienen discapacidad visual, la SCJN ordenó a las autoridades del Sistema de Transporte Colectivo establecer medidas que garanticen la mencionada accesibilidad… y dichas acciones deberán ser inmediatas (según).
Pesonas con discapacidad en el Metro / FOTO: MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ /CUARTOSCURO.COM
Personas con discapacidad serán parte de la revisión de estas medidas
En su queja, las usuarias señalaron que no es que no haya medidas de accesibilidad y movilidad en el Metro para personas en su condición, sin embargo, las autoridades del Metro hacen poco para asegurar que funcionen como deben.
“Por ejemplo, como lo señalaron las personas quejosas, de nada sirve que se instalen guías podotáctiles si después la autoridad no se asegura que estén en funcionamiento”, señaló la SCJN.
Personas con discapacidad en Metro de la CDMX / FOTO: ENRIQUE ORDÓÑEZ/CUARTOSCURO.COM
En su sentencia, la Suprema Corte señala que, al hacer la revisión correspondiente, las autoridades del Metro tendrán que contar con un equipo conformado por personas con discapacidad. Esto, para que haya la seguridad de que se atienden necesidades reales.
“Además, deberán establecer un mecanismo permanente para que estas personas puedan solicitar ajustes razonables”, ordenó la SCJN a las autoridades del Metro de la CDMX. “Y, finalmente, deberán supervisar las medidas de accesibilidad que ya existen y las que implementen, para asegurar su funcionamiento”.
Solo en algunas estaciones de este sistema de transporte se cuenta con rampas de acceso para personas con discapacidad. FOTO: RODOLFO ANGULO /CUARTOSCURO.COM
Se prevé campaña de concientización
En la respuesta al amparo tramitado en 2022, el ministro ponente Javier Laynez Potisek indicó que no sólo deberá haber acciones que garanticen la movilidad de las personas con discapacidad. También debe haber una campaña para evitar su discriminación.
Por lo anterior, en la resolución de la SCJN se pide a los encargados del Metro llevar a cabo acciones para que los usuarios en general y los operadores del Metro “tomen conciencia sobre los derechos a la accesibilidad y movilidad, con el fin de eliminar barreras actitudinales y evitar malos tratos y discriminación hacia los usuarios con discapacidad”.