El pasado 5 de noviembre se declaró el triunfo de Donald Trump como presidente de Estados Unidos de América cuyo resultado responde a discursos y una agenda conservadora, pero más que eso de una falta de comunicación y desencanto de la clase trabajadora en su percepción de los resultados económicos del gobierno de Joe Biden.
Donald Trump Presidente electo de los EEUU.
La arena internacional no recibió el triunfo con sorpresa, pero sí con expectativa por sus múltiples declaraciones públicas entre las que destacan la guerra de Rusia contra Ucrania y su amplia crítica al apoyo del gobierno demócrata al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski y el costo de la guerra para Estados Unidos.
Conflicto de Rusia – Ucrania
Lo que si sorprendió fue la decisión del aún presidente Biden, en el marco de la Cumbre del G20, quien autorizó a Ucrania el uso de misiles tácticos de largo alcance para atacar territorio ruso después de que se confirmara la participación de soldados norcoreanos en una incursión en territorio ucraniano y que profundizaría lo que desde el inicio de la guerra contra Ucrania en 2022 se ha intentado evitar y es un conflicto de mayor alcance.
Presidente de EEUU, Joe Biden en la G20 de Brasil
Estados Unidos ha sido el mayor proveedor de armas a Ucrania, quien desde el inicio de la guerra ha recibido equipos por un valor de $55.500 millones de dólares. Solo al principio de este año, la Cámara de Representantes aprobó un paquete de $61.000 millones en ayuda militar, con la finalidad de que Kyiv pueda combatir la invasión rusa.
La llegada de Trump a la presidencia a finales de enero definirá el escenario geopolítico en el que sus decisiones sobre el papel de Estados Unidos en la OTAN, sus directrices de financiamiento, y sus declaraciones acerca de poner fin a la guerra en un periodo corto de tiempo, apuntalan a presionar a Zelenski a ceder una parte de su territorio y sentarse con Rusia a negociar la “paz”, pese a las recientes declaraciones de Zelenski y los análisis internacionales que auguran que seguirá la línea de aislamiento del líder ruso.
Lo cierto es que las guerras son y han sido históricamente una fuente de financiamiento internacional y prosperidad económica para los fabricantes de armas, quienes son los mayores ganadores en los conflictos bélicos y nos deja siempre con una pregunta, cuando las guerras no son solamente armadas, en un contexto económico volátil y complejo como el de los últimos años, ¿a quién le conviene la guerra?