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El mapa no es el territorio

Kamala Harris tiene la oportunidad de atraer a votantes jóvenes y diversificar su campaña tras la declinación de Biden, quien ha decidido apoyarla.

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Hasta hace una semana, la contienda presidencial en Estados Unidos era una competencia entre dos hombres blancos: Biden y Trump. En contraste con la creciente representación política de las mujeres en el mundo, Estados Unidos solo ha tenido una candidata mujer, Hillary Clinton.

En 2016, Hillary se enfrentó a la amenaza de la visión misógina y sin experiencia de Donald Trump, a quien se pensó que nunca llegaría a la Casa Blanca. Las encuestas de medios más liberales, como el New York Times, daban por ganadora a Clinton y subestimaron un enorme voto oculto por Trump.

Clinton vs Trump

El mapa no es el territorio, y mientras las encuestas marcaban una tendencia, en el terreno se fortalecía un movimiento alimentado por el conservadurismo, patriotismo y la ira de los trabajadores blancos estadounidenses que alegaban que “los migrantes les habían robado los trabajos”. El país estaba dividido en dos.

En la visión de los votantes de Trump, Estados Unidos había perdido la “grandeza” de sus años de potencia hegemónica y había cedido demasiado ante la comunidad internacional. Además, la visión inclusiva de los liberales “amenazaba” el funcionamiento del país, lo que impulsó medidas regresivas en cuestión de derechos. La más relevante fue la anulación del caso Roe vs Wade, que permitía el aborto legal en todo el país, por parte de una Suprema Corte de Justicia mayoritariamente conservadora y designada por Trump. Esta amenaza ante la pérdida de derechos fue un motor para que en las elecciones intermedias los demócratas ganaran la mayoría y Biden llegara a la Casa Blanca con la primera vicepresidenta mujer y de color, Kamala Harris.

Kamala Harris

Este domingo, tras presiones de votantes y miembros de su partido, Biden decidió declinar su candidatura y apoyar a su vicepresidenta Kamala Harris. Si bien los hechos que precedieron a esta renuncia, como el atentado a Donald Trump y su nominación en fórmula con JD Vance, fortalecieron su imagen, hay encuestas que lo ponen un par de puntos porcentuales debajo de Harris. Sin duda, una elección competitiva.

La vicepresidenta tiene la oportunidad de hacer una campaña aprovechando dos puntos centrales: juventud y experiencia. Harris tiene 59 años, casi 20 menos que Trump, quien ya dejó de ser el “joven” de la contienda, y aún tiene la oportunidad de elegir una compañera de fórmula que le ayude a llegar a los votantes entre 18 y 44 años (35.7% de la población estadounidense según el censo de 2020).

Aunque lo más probable sea que Harris elija a un hombre blanco para contender, imaginemos que diera un giro a la izquierda y eligiera a la congresista de Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, para atraer a todo lo contrario de Vance y Trump. Imaginemos también que, en Norteamérica, en 2025, dialoguen las dos primeras presidentas de México y Estados Unidos. No es tan poco factible como parecía hace apenas dos semanas.

Alexandria Ocasio-Cortez

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