Cuidad de México | 8 de abril de 2022. | Redacción.-
Poco a poco la montaña rusa de La exFeria de Chapultepec comienza a ser desmantelada para siempre; los recuerdos de fines de semana en familia en un parque de diversiones se deberán construir en Aztlán, la nueva atracción que estará lista en 2023.
Mientras se desmonta esta estructura, trabajadores de la empresa Mota-Engil México realizan obras para darle vida al nuevo espacio.
La montaña rusa fue inaugurada en 1964 y se convirtió de inmediato en el mayor atractivo de la entonces Feria de Chapultepec; sin embargo, desde el 28 de septiembre de 2019 este parque permanece cerrado tras el descarrilamiento del juego Quimera, en donde fallecieron dos personas.
El desmantelamiento es por fases. Apenas los trabajadores han retirado unas cuantas vías en una de las vueltas de la montaña, aunque gran parte de la estructura sigue en pie. El resto de los juegos simplemente dejaron de existir, fueron retirados y únicamente quedan escombros.
Durante el recorrido se observó que la maquinaria, así como los trabajadores, se concentran en el predio para continuar con el desmantelamiento de La Feria, y al mismo tiempo, seguir con la construcción del Parque Aztlán, el cual tendrá como temática cinco épocas de la Ciudad de México: la precolombina, virreinal, Revolución y Porfiriato, siglo XX y actualidad.
Habrá más espacios verdes, tendrá un nuevo museo interactivo que se realizará en colaboración con el Museo Dolores Olmedo. En una de las ranuras de las mallas metálicas que cubren dicho predio, se puede apreciar el anuncio con la leyenda: “ofrenda a nuestros antepasados”.
También se pudo observar tapiz impreso en madera que asemeja al clásico papel china con calaveras; al fondo, apenas se dibuja una de las curvas de la montaña rusa.
Adentro, los trabajadores se distribuyen de un lado a otro, tanto para desmantelar como para construir; afuera, las personas que circulan por la segunda sección del Bosque de Chapultepec se detenían para echar un vistazo por última vez a toda la estructura, a los huecos que dejaron los juegos mecánicos.
Apiladas una sobre otra, han sido colocadas las vías de madera que conducían los carros del juego mecánico. Sobre otro extremo del predio yace basura y escombros que se pueden resumir a recuerdos de generaciones, de estudiantes que se iban de pinta a La Feria, de familias enteras recorriendo las atracciones un domingo bajo el sol.
No hay otro juego en pie más que la gran montaña, que aún se puede ver sobre Periférico.
Las bardas que cubren lo que fue el parque de diversiones ya cuentan con lonas que llaman al público a esperar Aztlán, incluso, un mapa con las nuevas rutas al interior puede ser consultado para que los capitalinos se den una idea en lo que se convertirá este espacio.