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Democracia… ¿Buena, bonita y barata?

Este país se ha politizado cada vez más y que los ciudadanos estamos más enterados de lo que sucede en nuestro México

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Durante 2022, pero sobre todo en las últimas semanas, se ha vivido en México una clara efervescencia por el tema de la democracia acerca de una posible reforma electoral que ha dejado a un país claramente polarizado y dividido como en muchos temas; en lo particular, nunca he compartido la idea de la polarización y la división, lo que sí celebro es que este país se ha politizado cada vez más y que los ciudadanos estamos más enterados de lo que sucede en nuestro México.

Es por ello, amable lector, que en esta nueva columna lo que busco es hacer una reflexión con base en una frase que usamos mucho todos nosotros y espero con ella aclarar un poco de las muchas dudas que tenemos acerca de esta posible reforma.

Comencemos por analizar si la reforma que se propone es buena y bonita, pero primero hay que preguntarnos, ¿para quién? Si lo vemos desde los ojos del presidente, la reforma es muy buena; solo hay que recordar que su historia con la democracia no ha sido del todo positiva para él.

Si nos remontamos a 1991 cuando, con un pequeño grupo de indígenas Chontales comenzaron el “éxodo por la democracia”, un reclamo por el supuesto fraude en varios municipios de Tabasco y donde por más de 50 días caminaron hasta la Ciudad de México en señal de protesta; años más tarde, en 1994 cuando fue candidato al gobierno de Tabasco ––cuando el PRI como partido hegemónico todavía dominaba el estado y la gran mayoría del país––, el ahora Presidente denunció otro fraude electoral.

AMLO 1994 cuando fue candidato al gobierno de Tabasco

Por último, está el más recordado por todos los mexicanos siendo para muchos la gota que derramó el vaso, por lo que en gran medida tenemos a un presidente de México ––por primera vez en la historia–– promoviendo directamente una reforma electoral, ya que en el pasado las reformas electorales eran promovidas por los partidos políticos, me refiero al ya conocido fraude del 2006, donde por una diferencia de tan solo el 0.56% de los votos AMLO vuelve a denunciar fraude y el resto de lo que pasó ya es historia.

Felipe Calderón y Vicente Fox Quezada en 2006.

La propuesta de reforma, ante los ojos de la oposición y la derecha de este país, no tiene nada de buena y menos de bonita ya que como acabamos de ver el domingo pasado una parte de la sociedad ha salido a las calles protestando por el supuesto control absoluto que el gobierno y el presidente quieren imponer; algo que alegan con su frase de “el INE no se toca”.

Muchos actores políticos y sociales hay polemizado sobre si la marcha tuvo pocos o muchos asistentes, pero lo que si es cierto es que en este ejercicio muchos ciudadanos dejaron la apatía y se unieron para mandar también un mensaje a palacio nacional y su inquilino.

Oposición marcha en México contra la iniciativa de reforma electoral del presidente López Obrador

Y ya por último, ¿qué tan barata será esta propuesta de reforma?

Desde la perspectiva presupuestal hay que decir que se pretende generar ahorros por más de 50 000 millones de pesos, esto es equivalente al presupuesto de la UNAM o el estado de Querétaro.

Este ahorro es mediante la eliminación de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs) por 13 000 millones de pesos; partidos nacionales, 11 000 millones; partidos locales, 5000 millones; tribunales electorales locales, 4000 millones; la eliminación de 459 diputados locales y 200 diputados federales, 3000 millones; así como senadores por 2000 millones y regidores por 6000 millones.

Dejo estas cifras para el análisis político y presupuestal que se pretende con esta iniciativa de reforma, no omitiendo la parte crucial de todo esto que es si podrán los diputados afines a la cuarta transformación lograr los votos suficientes para dar inicio a una nueva etapa en la democracia de México.

Usted, ¿qué opina?

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