#Opinión

Claudia, Trump y el espejo migrante

Sheinbaum enfrenta un doble reto histórico: ser la primera mujer presidenta y redefinir cómo México trata a sus migrantes en un posible nuevo choque con Trump. ¿Estamos listos para recibir a quienes vuelven a un país que también los discrimina?

Publicado

en

Claudia Sheinbaum se encuentra frente a una nueva paradoja: por un lado, la expectativa de ser la primera mujer en encabezar la Presidencia de México mientras cuida el “legado” de su antecesor,, y por el otro, el enfrentamiento constante con el presidente del país vecino, Donald Trump.

Sí, otra vez ese señor. El mismo que convirtió a los migrantes en enemigos públicos, el que llamó violadores a los mexicanos, el que usó el muro como símbolo de poder y miedo.

Y ahora, como si el guión se repitiera con cinismo, México tiene que prepararse para el retorno forzado de miles de migrantes. La política de abrazos ya no es hacia los criminales, sino hacia los paisanos que regresan, rotos por el racismo y expulsados por un país que nunca los quiso. Y la pregunta es: ¿estamos listos para recibirlos?

Sheinbaum ya lanzó un programa para atenderlos. Bien. Pero no basta con tener un plan: se necesita voluntad, presupuesto y, sobre todo, un país que no sea igual de racista que el que los expulsó.

Porque hay algo que se olvida en este relato: México también discrimina a los migrantes… incluso a los suyos. Los que regresan no siempre encuentran brazos abiertos: encuentran burla, exclusión laboral, desconfianza, burocracia. Vienen a su país… y se sienten extranjeros.

Claudia heredó un sistema migratorio fracturado, una frontera sur que actúa como muro de contención para Estados Unidos y una relación con Washington que se rige por chantajes, no por acuerdos.

Sheinbaum tiene el reto de mostrar que su discurso no es solo de justicia social,  sino de dignidad nacional. No es solo atender a los que regresan, sino transformar la narrativa con la que México ve a sus propios migrantes.

Pasar del “pobrecitos” al “bienvenidos”. Del “no hay cómo ayudarlos” al “son parte del futuro”.

México no necesita muros, necesita memoria. Y Claudia Sheinbaum, si quiere construir algo distinto, tendrá que empezar por ahí: recordar quiénes somos cuando el mundo nos da la espalda.

 

Lo más visto

Salir de la versión móvil