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Cantinas

Todos los chilangos tenemos nuestra cantina favorita, aquella donde nos sentimos como en casa.

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Las cantinas en la CDMX son una tradición de barrio, y de verdad son lugares donde la clientela es de la colonia o de los alrededores. Son refugios en donde los meseros milenarios ya te conocen, saben lo que te gusta beber, saben tus triunfos y fracasos; hasta amores y desamores.

Todos los chilangos tenemos nuestra cantina favorita, aquella donde nos sentimos como en casa, en donde no importa si vamos dos veces a la semana o nos tardamos en regresar. Siempre recibirás una sonrisa y generosos platos con comida buenaza.

Ya son pocas las que tienen “botana” incluida con las copas; ya ni modo, pero mientras el sazón que caracteriza a cada cantina se mantenga, ahí seguiremos empinando el codo.

Nadie se niega al típico caldo de camarón picosito nacido en las profundidades cantineras, o las tortas de leyenda o las orejas de elefante, y así podemos seguirnos con un sinfín de platillos emblemáticos.

En general son lugares desenfadados para chupar tranquilamente y comúnmente, para comer a toda madre con amigos o familia. Y claro que también son los templos más eficientes para curarse la cruda, enfermedades diversas o agarrar la vertical.

Unas chelas, unos tequilas, unas piedras, ron con coca; lo que se necesite para curar al enfermo. Así de apapachadoras son las cantinitas.

Esta vez nos lanzamos a conocer un clásico de la Alcaldía Venustiano Carranza; pasando el mercado de Jamaica nos encontramos “El Baluarte de Oro”, cantina tradicional de grandes dimensiones, forrada en madera, olor antiguo, tragos generosos y el dominó en todos los rincones. También tienen terraza tropical y zona para fumar.

Fuente: baluartedeoro.com

Aquí sí tienen menú por copa con varias opciones para los más exigentes, pero sin duda se distingue el caldazo de camarón, caracoles cantineros, chamorro y los tacos de lechón.

Los fines de semana hay buffet espectacular de mariscos, carnes y guisados varios.

Los tragos bien servidos, la atención es muy esmerada y profesional. Sin lugar a duda, vale la pena hacer la expedición.

Recordemos que las cantinas son de tradición española tropicalizada a la gran Tenochtitlán, y tampoco perdamos de vista que son lugares imperdibles en la escena gourmet de la capital del país. 

Nunca sobrarán cantinas en la CDMX, pero eso sí, hay un chingo y para todos los gustos y bolsillos.

¡Que vivan las cantinas de la Ciudad de México!

¡Salud y viva! ¡Glugluglu!

La lista:

Mi preferida de todos los tiempos:

  • “El Nivel”  (extinta por una arbitrariedad sin sentido)

Actualmente frecuento y recomiendo:

  • La Flor de Valencia (la de mi barrio)
  • La Opera (Centro)
  • La Mascota (Centro)
  • El Gallo de Oro (Centro)
  • Montejo (Condesa)
  • Centenario (Condesa)
  • Salón Casino (Doctores) 
  • El León de Oro (Escandón)
  • La Ultramarina (Roma)
  • La Coyoacana (Coyoacán)

Guilty pleasure:

También he de confesar que El Desván fue un must en la vida de este panzón y sus amigos.

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