Aquí no te van a estar preguntando ¿espera a alguien más? No, en estos lugares se aprecia a las y los que beben en soledad, aman las almas solitarias y con ganas de experimentar el menú o ir y pedir sus clásicos.
Tío pepe Cantina
Ubicada dentro del Barrio Chino, este lugar abrió en 1869 y es famoso por sus años, por que se menciona en la novela Santa, porque han grabado pelis y series, pero más por su barra impresionante hecha con caoba y vitrales. Solía ser un tugurio a donde iban los maleantes de principios del siglo XX, pero ahora bien puedes ir tú y echar el trago tranqui. Aprovecha esa hermosa barra y pide una margarita.
Este bar estilo pub británico tiene todo el ambiente de novela de detectives. Siéntate en la barra, pide una cerveza de barril, la Cosaco Stout o la The Duke’s Brew. Del menú es buenísimo el Cottage Pie (carne molida bien condimentada sobre puré de papa) o el Steak Pie (hojaldre relleno de estofado). Todo es para ti, no tienes que compartir. Un lugar con excelente música (a veces en vivo).
Es un lugar que llama la atención porque al pasar se ve mucho extranjero bebiendo solo con su soledad, y todo bien. La sidra es lo que predomina en este lugar de cocina francesa (algunas están por copeo y degustación), tienen incluso una versión calientita que lleva limón y romero. Para comer hay crepas al estilo Normandía, recomendamos las dulces o las saladas, llamadas galettes.
No es propiamente un bar, pero venden chela artesanal, vinos y coctelitos como Apperol Spritz. Es un lugar pequeño pero con excelente comida y bebida. Ideal para ir a mirar, pasar la tarde, leer un rato o para disfrutar de la música que ponen, en e especial si te gusta el rock suavecito u ochentero tipo “Goodbye Horses”, “Bette Davis Eyes” o “Love My Way”.
Es un nuevo lugarcito frente al Parque México. La especialidad es el vino, pero también tienen cocteles, así que basta con sentarse a una mesa y preguntar a Romina, la sommelier, por las opciones. Hay comida mexicana fusionada con asiática. Aquí tanto el menú como los vinos que hay cambian, pretexto ideal para ir más veces y disfrutar de un rato de soledad mirando hacia este bello parque.
¿Qué mejor destilado mexicano que el mezcal para ir a pensar cosas al bar, para brindar por la soltería o para ahogar las penas? Bueno, pues aquí se sirve uno muy sabroso acompañado de antojitos oaxaqueños: memelas, tacos de chapulines y tlayuda; hoja santa rellena de quesillo y queso de cabra bañada en salsa de chile meco. La compañía aquí es lo que menos vas a extrañar.